lunes, 29 de noviembre de 2010

¡VIVA EL MAL,VIVA EL CAPITAL!

¿Será verdad eso de que con una bola de cristal se ve el futuro? Aquí tenemos una muestra de lo profético (y lectivo) del asunto. No os perdáis el discurso del electroduende que hace de parado (min 6).¿Permitirían hoy día emitir estos programas?

¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

Amanda Harrington

Supongo que con esta entrada me ganaré por los restos la etiqueta de machista recalcitrante, o de misógino relamido, o de maltratador inmisericorde, o tal vez de homófobo secular, o ya puestos, qué más da, de facha reaccionario, o de algo peor o de todo a la vez, que seguro que eso y mucho más me merezco, porque yo, heterosexual confeso, voy a hacer pública y desvergonzada ostentación, cual vulgar católico cabreado, de mi preferencia, de mi atracción y hasta de mi deseo carnal por una mujer hermosa. Qué digo hermosa, la tía está como para andar encamados de aquí a que se hiele el infierno. O hasta que salga reelegido ZP, lo que suceda más tarde. Pues sí, hembristas rencorosas y meapilas obsesos de lo políticamente correcto, para cualquier hombre heterosexual, sano y vigoroso, como yo, una mujer siempre tendrá, entre otras muchas consideraciones, el caracter de objeto sexual, entendiendo objeto como mera metáfora, como en "Ese oscuro objeto del deseo". Y eso no es machismo, es naturaleza y sinceridad.

Machismo, o peor aun, sexismo, que es el verdadero problema y que además existe en las dos direcciones, es tomar en cuenta el sexo de un sujeto en ámbitos de la vida dónde tal consideración no tiene ninguna relevancia verdadera. Y ya me diréis a mí si en cuestiones de fornicio y calentamiento global el sexo de los sujetos no es fundamental. Sexismo, y de la peor calaña, es querer meternos con vaselina y hasta la nausea el género en todo lo demás: las experiencias de una mujer que escribe (¿y por qué no simplemente las de una escritora, o es que lo singular no es que escriba sino que sea mujer?), la relación entre
mujer y agua (¿alguien puede imaginarse a un ministro, de lo que sea, preocupado sólo por los problemas de sus congéneres; que escriba artículos como El género másculino: obligados a morir por la patria, o El género másculino: condenados de por vida a la explotación laboral?) o mujer y transtornos alimenticios (¿es que ningún hombre los sufre, es que nosotros no recibimos presiones sociales con respecto a nuestra apariencia física, es que si nos pinchan no sangramos también?) o asuntos semejentes. La consecuencia es que este sexismo con buena conciencia, este hembrismo camuflado de igualitarismo que cree que sólo existe discriminación si la victima es una mujer, está cristalizando y lo estamos padeciendo en leyes de autor que no tipifican conductas delictivas determinadas, sino que pretenden criminalizar el sexo -siempre másculino, faltaría más- de quien las realiza. Y a esto le llaman igualdad...



Nada, nada, que la Amanda está de toma pan y moja. Como no permiten insertar el video en otros lugares, os dejo el enlace al tubo. Merece la pena.
¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

domingo, 28 de noviembre de 2010

BREVES PANEGÍRICOS

PRIMER ACTO
ADOLFERO: Excelsitud escandinava

Adolfo, Adolfito, Adolfete..., sí, todas son simpáticas formas de nombrar a este entrañable amigo nuestro. El puto amo del corral, letrinos, nadie lo pone en duda; tratándose de contextos que el menda conoce, es el puto amo del invento. Sí, queridos amantes de la vida, un personaje singular donde los haya, mi estimado Adolfito, capaz de dar una clase magistral de Filosofía en palabras mayores y horas después impartir, en la terraza de un bar de barrio, una charla-conferencia sobre "los andares de aquella moza". Sí, el tipo es de andarse con cuidado, si esperas que defienda tu posición estás perdido chaval, el pavo siempre expondrá una visión de las cosas novedosa y desafiante con la tradición, y en un anacrónico ostracismo te joderás; el humor apropiado será su recurso en todos los putos asuntos en los que se vea acorralado en su platónico búnquer. Con Adolfo el tiempo pasa muy rápido, puedes estar toda la noche -de esas que hay que "veilas pa'creilas"- hablando del Arte de la Fuga de J. S. Bach y terminar destripando impunemente a la chusma inmunda por su vulgaridad y grosería irrisorias; sí, es un caso digno de estudio. Creo que en el fondo es un entusiasta de la vida, si se le encomienda la realización de un proyecto, tened garantías de que no cejará en su intento hasta que lo convierta en único, grande e histórico, aunque tenga que leerse la misma Library of Congress entera. En todo caso, lo que más me sigue sorprendiendo de Adolfete, es su gran capacidad camaleónica con el mismo ropaje: puede pasar por un empedernido esteta, por un amante de la ciencia primigenia, por un cuerdo y testarudo filósofo de la ciencia, por un cerdo positivista, por el adalid de Nietzsche, por el hermano de Platón, por un redomado hegeliano de izquierdas antihegeliano, por un enamorado de los Pagerga y Paralipómena, por un íntegro spinoziano sin fisuras, por un vividor del lenguaje, por un erudito de postín, por un vasto melómano, por un cinéfilo con ínfulas de director, por un poeta de excelsitud escandinava "Gélido viento del norte / azota flexibles ramas...", y todo eso sin cambiarse de jersey, en fin, un tipo en la crème dela crème, sí, conspícuos lectores, todo un educado caballero inglés... con un golfo dentro. Un genio como personaje:
"Sabed que menda...es don Mendo, y don Mendo... mató a menda".

¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

sábado, 27 de noviembre de 2010

Alimentando a la bestia

Aunque tenemos previsto un debate sobre la crisis económica donde ahondaremos más, no me puedo resistir a comentar el momento actual, por si hay alguien despistado, en las próximas fechas se decidirá si los especuladores financieros consiguen hundir la credibilidad de España y por tanto su acceso a la financiación en los mercados, lo que conllevaría el rescate por parte de Europa, con ayuda del FMI y cualquiera que pueda echar una mano, dado que el tamaño de España en la economía mundial es demasiado grande como para dejarla caer. Frente a esta “pulsión” del mercado financiero se encuentra la realidad de un gobierno que se ha tragado su orgullo y dignidad y ha implementado todas las medidas que exige el recetario neo-liberal, reducción del déficit, reducción del gasto social, reducción del sueldo y del número de funcionarios públicos y un largo etcétera que todos nos conocemos de memoria, todavía hay que desarrollar algunos aspectos, como la ampliación de la edad de jubilación, y sacar algunas cuantas más de la chistera, pero la realidad es que ni el gobierno, ni sus asesores, ni sus comentaristas afines pensaron que se llegaría tan lejos.

Los recortes que tantos disgustos ha llevado prescribir son ahora insuficientes, les exigen más y existe la seria sospecha de que ni siquiera eso puede ser suficiente para frenar la “hoja de ruta” que tienen señalada los mercados, recordad que hace más de un año que la prensa económica inglesa y norteamericana, que es la voz de su amo hasta unos extremos indecentes (digno de estudio como ha funcionado la prensa económica en esta crisis), llamaba PIIGS (cerdos en inglés) a Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España. Como en los diez negritos de Ághata Christie van cayendo uno detrás de otro, aunque la verdad parece poco improbable que al final se suicide el asesino, en este caso el mercado.

Al parecer el fondo de emergencia que acordaron en la Unión Europea lejos de frenar la especulación la ha estimulado por medio de un perverso mecanismo, los detalles se pueden ver en este artículo de Paul de Grawe http://www.elpais.com/articulo/internacional/camino/destruccion/eurozona/elpepuint/20101122elpepuint_1/Tes

Veremos quien vence al final, a un lado del ring los especuladores financieros, en el otro los gobiernos de la zona euro, no sé como irán las casas de apuestas, pero la última vez que pasó esto la libra esterlina acabó fuera del Sistema Monetario Europeo, unos cuantos especuladores con George Soros a la cabeza hicieron su agosto y los británicos no quisieron saber nada más del euro, para el resto de países fue el impulso definitivo para crear el euro, veremos si ahora no es el principio del fin de esta moneda que iba a competir con el dólar.

Para acabar incluyo un video de unos humoristas británicos que describe de manera excepcional el inicio de la crisis, aquello de las hipotecas “subprime” es muy divertido aunque en este caso la realidad es mucho más ridícula, está hecho antes de la caída de Bearn Sterns y Lehman Brothers, a principios de 2008, uno de los humoristas hace de experto inversor y el otro de periodista, al final se produce el siguiente diálogo:

  • Pero ahora se dice que la crisis se puede convertir en un colapso financiero, ¿se puede evitar?

  • Se puede evitar si los gobiernos y bancos centrales nos devuelven a los especuladores el dinero que perdimos. (Y vaya si se lo dieron).

  • ¿Pero eso no sería recompensar la codicia y la estupidez?

  • No, no. Es recompensar lo que el Primer Ministro Gordon Brown llamó el “ingenio del mercado”. No queremos ese dinero para gastárnoslo, sino para seguir comprando y prestando como siempre, sin pensar en lo que ha pasado (que es justo lo que están haciendo).

  • Bueno, si ...Pero si pasara lo peor y no recinieseis ese dinero ...¿Qué pasaría?

  • Pues habría otro crack, y te diría lo que la gente como yo siempre dice. Que no somos nosotros los que sufriremos, sino tu fondo de pensiones.

En nuestro caso las pensiones públicas, el sueldo de los funcionarios, las prestaciones sociales, el desempleo y lo más gracioso es que se les dió el dinero y se les sigue dando permitiendo la especulación a los mercados, esto es alimentando más a la bestia que nos devorará.

¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

viernes, 26 de noviembre de 2010

Vladimir Nabokov en Apostrophes

Aunque sea difícil de creer, hubo un tiempo, allá por la época en la que todos conservabamos aún nuestro juego completo de pelo, o sea hace mucho mucho tiempo, en el que al JL le encantaba poner en evidencia nuestra ignorancia literiaria reclamándonos el conocimiento y la lectura, entre la de otros muchos y muy reputados autores, de la obra de Vladimir Nabokov. Presunción injustísima a la que servidor se oponía preguntando a su vez si Nabokov era la versión pornográfica de Robocop. Curiosamente y contra toda probabilidad, resultó que no, que no tenía nada que ver con el policía cibernético. Después, con el paso de los años, algunos nos molestamos en leerlo y hasta en hacer de su Palido fuego una de nuestras novelas preferidas, más incluso que Lolita. Y luego, ya en la era digital y sin nuestro juego completo de pelo, la intervención de Vladimir en el legendario programa literario Apostrophes, conducido por el no menos reputado Bernard Pivot, nos sirvió para cosechar un primer éxito popular en nuestro desaparecido canal del tubo. Entrevista, por obra y gracia del tiempo libre que nos permite nuestra situación laboral, ya rehecha y remendada para mayor disfrute de todos los letrinos. En cuatro partes, cada una de su padre y de su madre (maldita censura); con subtítulos y con un audio tan deficiente que exige el uso de unos buenos altavoces. Pero como ninguno entiende francés, qué más os da. Hala, a leer:









¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

jueves, 25 de noviembre de 2010

Alan Moore, la autopsia del héroe (Entrevista con JJ Vargas)

Una de las consecuencias más trágicas e indeseables de la consideración histórica del cómic como mero subproducto infantil y de consumo, apenas los potitos intelectuales para aquellos a los que les da demasiada pereza leer libros de verdad, es la práctica inexistencia de estudios rigurosos y de un nivel académico aceptable que traten sobre la historia, las características y las peculiaridades del medio

Abandonado a su suerte por la intelectualidad oficial y el mundo académico, con apenas un puñado de excepciones remarcables, caso de Umberto Eco, de Terenci Moix, de Danielle Barbieri o de Román Gubern, la tarea de análisis e interpretación del mismo ha recaído casi siempre en la labor entusiasta de aficionados y profesionales del mundillo que con sus reflexiones más o menos certeras, más o menos elaboradas, han venido llenando como han podido ese vacío que sin duda todavía lastra la incorporación plena del noveno arte al espacio de la cultura oficial, signifique eso lo que sea que tenga que significar. Por ello la aparición relativamente reciente de ensayos como
La novela gráfica, de Santiago García, o este Alan Moore, la autopsia del héroe, de JJ Vargas suponen esfuerzos muy respetables que perfilan al fin un camino cuanto menos esperanzador.

En el caso que nos ocupa, el libro de JJ. Vargas, hablamos de un recorrido exhaustivo y siempre estimulante por la obra del guionista británico que si bien adolece aun de cierta falta de rigor metodológico, tampoco se le puede negar que supone un avance muy considerable con respecto a la situación semidesértica en la que nos movemos. JJ. Vargas nos propone un trabajo muy documentado y completo, escrito en una prosa amena y accesible que atina a combinar con singular habilidad sentido del humor y profundidad de análisis... pero mirad, para seguir acumulando más tópicos de relleno sobre el libro, mejor escuchamos al propio JJ en esta autopsia radiofónica de la figura de nuestro héroe barbudo.




Y como guinda al pavo, el capítulo dedicado a la obra magna de Moore, Watchmen:


¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

Por favor, más rojerío

Quiero mi querido Alan, Alan Moore, sumarme, anexionarme en tus pensamientos y comulgar, el término no se ajusta pero es el que rebota en la cabeza, con tu entrada a lo Panenka, en un tema tan escabroso como el de la HOZ Y EL MARTILLO, con todo lo que esto conlleva. Yo ,un apasionado de Rusia y sus allegadas repúblicas, de sus desfiles impresionantes, de su frío militarizado, del vozka con vozka, de su doctor Zhivago, y demás Acorazados y Octubres, de sus escaleras interminables, del rublo y del roble de coníferas, de Mostovoi a Rimsky-Korsakov, de Sarapova a Michail Aleksandrovich Sholokhov, de lo ruso, de las rusas, del "común" y del "ismo" y de LO QUE ESTÁ POR VENIR.
Y te dejo otra, ese gran hinmo, la INTERNACIONAL noooo!, eso que la canten a MÍ ELECTORAL, los Zp, Zr, Zs... en definitiva, todos los zocialistas; me refiero y no digo una palabra más,
AL SUBLIME Y MONUMENTAL :

Himno de la URSS

(Гимн Советского Союза)


¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

miércoles, 24 de noviembre de 2010

CCCP





Protestando el otro sabado contra la OTAN, protesta que afortunadamente no ha caído en saco roto y que ha servido para sacarles un escudo antimisiles nuevo, que buena falta nos hacía ya, fuimos a juntarnos en la lisboeta Avenida da Liberdade una extensa montonera de rojos, pseudorojos y rojillos con nuestras pancartas, nuestras consignas y nuestras banderolas bermejas y todas sus hoces y sus martillos. Vamos, un espectáculo grandioso para quién, como el que suscribe, se confiesa un pobre progre fan de lo retro. Y es que es ver la bandera -y su hoz y su martillo- y venirseme inevitablemente a la memoria aquella maravillosa selección de baloncesto de la Unión Sovietica de los años 80, que con su CCCP (de pequeño un primo mio se empeñaba en traducirlo como Comunista Como una Casa, Pedro) a la espalda o al pecho, tantos y tan buenos momentos nos deparó. Un combinado que se coronó campeón del mundo en el 82, subcampeón en el 86 y que en el 88 echó de una final olimpica por primera vez en la historia a los EE.UU., obligándoles de paso a poner toda la carne en el asador en el 92. Y si le damos nombre al equipo de Gomelsky, hasta me enfermo de nostalgia: Tarakanov, Jovaisa, Belostenni, Tkachenko, Volkov, Marciulionis, Sokk, Homicius, Tikhonenko, Valters o Kurtinaitis. Pero sobre todo Arvydas Sabonis, para mí, y con permiso de Drazen o de Pau, el mejor jugador europeo, al menos de formación FIBA, de la historia.




Afortunadamente la dolencia tiene cura y no resulta cara. Vale con subir unos cuantos videos del objeto añorado y aquí paz y después gloria. Para ello me decanto por tres. El primero corresponde al soprendente desenlace de las semifinales del campeonato del mundo del 86 que enfrentó a nuestra queridísima URSS con Yugoslavia. Con apenas un minuto por jugar y nueve puntos abajo, (76-85) el equipo proletario consiguió forzarle la prórroga a los hermanos Petrovic y de paso hacer llorar a un jovencísimo Divac. Por cierto, en el tiempo añadido ganó la URSS.






Los otros dos son selecciones de los mejores momentos de Sabas. En uno podemos ver a Sabonis solazándose de mocito antes de la lesión de rodilla que le condenó a jugar casi toda su carrera cojo, volviendo loco, entre otros, a David "el almirante" Robinson.





En el último se hace repaso general a su carrera. A pesar de que tiene poca calidad de imagen, merece la pena aunque sólo sea por la recopilación de pases, mates, bandejas y triples del lituano en su paso por la NBA. Una auténtica gozada


¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

domingo, 21 de noviembre de 2010

Carta a su santidad

El Papa acepta el uso del condón en "ciertos casos":

Con esta noticia nos hemos topado hoy, sobran comentarios, más aquí, por supuesto, los haremos:

-Detalle detenidamente qué son para usted "ciertos casos".

-Detalle detenidamente qué es para usted la "infiabilidad".

-Los miembros de este blog exigen una indemnización, debido a que, en su última reunión tabernera, fueron numerosas las personas pertenecientes al género femenino que, al ver a un variopinto grupo de aguerridos "Letrinos" debatir sobre el Fedro y otros asuntos importantes, se acercaron con la muy abyecta intención de ayuntar cuantas veces hiciese falta con el mayor número posible de "Letrinos", habida cuenta de su hombría y ardor guerrero.

Mas no consiguieron tan infame objetivo ya que, nuestros miembros ("Letrinos"), son de sobra conocidos por su respeto a las encíclicas de Su Santidad, y decidieron practicar la Santa Castidad mientras escuchaban las angelicales coplas de uno de sus más queridos amigos: Miguel.

Sr.Ratzinger, exigimos reparación, que sepa usted que, si bien a ningún "Letrino" le cuesta acercarse a una bella fémina, si bien es cierto que, si usted hubiera hecho sus declaraciones unos meses antes, nos hubiera ahorrado el escuchar las susodichas coplas.

¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

Itziar

Sirva este lejano artículo de Umbral, rescatado de las catacumbas del olvido y de El País, como pequeño homenaje a toda esa generación extraordinaria de jovenes -y jovenas- comprometidos con el activismo y la lucha social que desgraciadamente terminaron siendo engullidos por la voracidad herculea (vamos, propia del apetito del Heraklis) de un sistema que premia invariablemente la mediocridad y castiga a aquellos que aún conservan los principios. Vaya por tanto en honor de quienes podrían haber devuelto a la política el lustre y la dignidad de la que acaso jamás disfrutó; por los amigos de los amigos, estén dónde estén y se dediquen a lo que se dediquen. Por Itziar. Y por Joaquín, que tantas historias de tanta buena gente atesora en su memoria. Chacho, ya te podrías decidir a compartirlas con los demás (por escrito y por extenso, por favor).






"Itziar Velasco es miembro de la Comisión Negociadora del Sindicato de Estudiantes y del Consejo Escolar del Instituto de Bachillerato "La Estrella", de Madrid. Itziar Velasco va a hablar del movimiento estudiantil, el día 28, en el Siglo XXI. "Que se note que existimos", dice Itziar Velasco, que tiene 17 años, la melena revuelta por la mano de la Historia, los ojos grandes y la sonrisa irónica. Itziar no es necesariamente bella, pero de su camisa abierta emerge un cuello esbelto que es como el tallo fino y firme de toda su adolescencia violenta y delicada. "He ido a manifestaciones desde pequeña, desde que tenía edad para pensar". Itziar tiene la voz oscura, la cabeza en llamas y las zapatillas rosa. "No disponemos de una enseñanza de calidad, no se nos evalúa como personas, no se nos forma". Itziar cree en el derecho a la educación, odia la selectividad, asegura que hoy no se selecciona a los mejores y puntualiza que "nosotros empezamos antes que en Francia". "Hoy no se selecciona a los mejores". Itziar pegó el estirón generacional en las pasadas manifestaciones, se ha hecho mujer en una huelga, como antes se hacían o las hacían mujeres en un pajar. Sólo que es mejor lo de la huelga. Itziar Velasco, o sea, sigue en el tema, y habrá que ir al XXI a verla y escucharla, como se va a ver los Ojos del Guadiana, porque siempre es enceguecedor el espectáculo de lo que nace, y la naciente Itziar es lo que Jorge Guillén hubiera definido como "frescor hacia forma". Aún menos forma que frescor. Pero se está formando a sí misma o la Historia la está formando, a no ser que la Historia sea ella, y no la matrona celulítica de las alegorías. "Que se note que existimos".La adolescencia en sombra nos desconcierta siempre, nos coge desprevenidos, pues que su primera exigencia, por encima o por debajo de reivindicaciones locales, es una exigencia casi metafísica, casi unamuniana, en estos días presididos por la sombra inmensa de Unamuno: existir y que se note. La primera generación del milenio se ha puesto en marcha, de Pekín a París pasando por Madrid, pasando por Itziar Velasco.

Los políticos están zumbados (Chirac) ante el fenómeno, pues que la movida mundial/juvenil tiene mayor tamaño de lo que los propios estudiantes creen: es el futuro que viene a nuestro encuentro, desideologizado y níveo/nuevo. Lo que aquí en Madrid corporaliza Itziar Velasco, muchacha/manadero que hace viejo y mentiroso al siglo XX. Ella es ya luminosa como un siglo: el XXI.
"


-¿Será ella? ¡Sí, lo es!-
¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

viernes, 19 de noviembre de 2010

Un coche, una carretera y el autoestopista

Sí, sé lo que me váis a decir, que me tenía que haber sacado el carnet de conducir hace muchos años, pero si os hubiese hecho caso, no podría contar esta u aquella anécdota y de auto-stop tengo muchas, pero esta es una de las curiosas.

Carretera Almendralejo-Badajoz a las 12.00 horas del mediodía, hace muchos años..., llevo un buen rato haciendo auto-stop, me recoge un conductor que me deja en la cercana localidad de Solana de los Barros, allí he de ponerme de nuevo a hacer “dedo”, mientras tanto en la otra dirección unos amigos de Badajoz van al pueblo a dar la nueva noticia a sus familiares sobre un embarazo muy deseado; les doy la enhorabuena y sigo mi camino, ya que he de arreglar unos papeles de forma inevitable, si quiero evitar el servicio militar.

Tengo suerte, un tío me invita a acercarme a Badajoz con él, su coche no es ni el mas nuevo, ni el mas limpio de los que me he montado, pero tampoco soy muy escrupuloso así que tiro p’alante. El tramo hasta llegar al cruce con la nacional (en ese año todavía no existía la autovía) que son unos 25 kilómetros por una carretera bastante solitaria, fueron tranquilos, de conversación ágil y hasta agradable, pero con una sorpresa, mi voluntario conductor es un camello y va a uno de los barrios marginados de Badajoz, por la zona de El gurugú a “reponer” mercancía y venderla por Hornachos, que es de donde era este hombre.

Ya iba yo un poquitín desconfiado, cuando encima al tío le da por adelantar con muchísimo tráfico, pues ya habíamos pasado a la carretera nacional, a camiones e importándole un pimiento que viniese otro camión de frente “ya se echará para el lado” decía él tranquilamente, eso una y otra vez hasta que llegamos a Badajoz. No hace falta decir que yo tenía un nudo en el estómago y ni hablaba, ni quería mirar la carretera, esos kilómetros se me hicieron eternos. En cuanto entramos en la ciudad y vi un semáforo, le dije que parase, que ya iba yo andando a la Caja de Recluta. El tío debía de estar entusiasmado conmigo, pues me dijo que si quería podía acercarme de vuelta al pueblo; yo solamente asenté la cabeza y me dije para mis adentros “que una y no más, Santo Tomás” y no le volví a ver ya en mi vida.
Me ahorré 500 pesetas del viaje en el autobús de Almendralejo a Badajoz, pero enseguida me arrepentí de haber sido ahorrador. Uf y después dicen que hay que tener cuidado con los autoestopistas, pero hay algún que otro conductor que sí que tienen peligro...

Estoy convencido de que hay muchas anécdotas de este tipo, ¿os atrevéis a comentarlas?
¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

jueves, 18 de noviembre de 2010

Receta para calcular el número Π

Ingredientes:
Tres bolsas de canicas
Una paellera de tamaño mediano
Opcional: masa adhesiva
También necesitaremos a un par de ayudantes muy entusiastas (Miguel y Rubén) y a una fotógrafa que realice el reportaje (Sera).


En primer lugar, sacamos las canicas de la bolsa y las vamos situando en la paellera. Hay que tener cuidado para que no caigan al suelo.









Se van añadiendo las canicas hasta cubrir el fondo totalmente.







Finalmente los voluntarios tienen que contar el número de canicas en el fondo de la paellera, y también el número de canicas necesarias para formar un diámetro. En nuestra receta para calcular el número Π la superficie cubierta fue de 186 canicas, mientras que el diámetro tuvo una longitud de 15 canicas.

Es conocido que la relación que existe entre la superficie determinada por una circunferencia y su radio elevado al cuadrado es el número Π. Si realizamos las cuentas con los datos de nuestra receta casera para obtener el número Π el valor obtenido para la aproximación es 3,30666667, frente a su verdadero valor que es 3,14159265.

Esta entrada pretende participar en VIII Edición del Carnaval de Matemáticas cuyo anfitrión será el blog Los Matemáticos no son Gente Seria.

Mis agradecimientos a Miguel, Rubén, y sobre todo a Sera por su paciencia y sus magníficas fotografías (todos los derechos están reservados, si alguien quiere utilizarlas que se ponga en contacto con ella). La idea para esta receta surgió tras ver el capítulo "El lenguaje del universo" del DVD La historia de las matemáticas de Marcus du Sautoy y publicado por The Open University.

Y la cita de hoy es de  Erasmo de Rotterdam: reírse de todo es propio de tontos, pero no reírse de nada lo es de estúpidos.
¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

Dejad que los niños se acerquen a mí...



Sin comentarios


20101117elpepusoc 1 Pes PDF ¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

Mi vida sin mí, de Isabel Coixet

Antes que nada, aviso para navegantes: si aún no has visto la película, si no sabes nada de nada sobre ella, entonces mejor búscate otra reseña en donde demuestren mayor sensibilidad hacia los spoiler; aquí no voy a andarme con miramientos a la hora de reventarle el desenlace –y el nudo, y el planteamiento- a quienes no conozcan de qué va. Bien, ¿ya estamos solos los que la hemos visto? Vale, pues hala, que quede claro: al final el Titanic se hunde. Y Ann se muere. Lo cual no era menos previsible que lo anterior. Pero vayamos mejor con el argumento de la peli:

Ann es joven. Ann vive en una caravana en el jardín de su madre junto a su marido Don y sus dos hijas pequeñas. Ann trabaja como limpiadora en la universidad y lleva una vida gris marcada por la resignación ante su difícil situación económica y familiar. Ann se confesaría moderadamente infeliz si alguna vez hubiera tenido tiempo para preguntarse sobre su propia existencia. Pero además a Ann le acaban de diagnosticar un cáncer que terminará con su vida en apenas un par de meses. Y claro, como es lógico todo su mundo salta hecho añicos. Porque, ¿cómo se puede encarar con cordura tu propia muerte cuando te domina la sensación de no haber comenzado siquiera a vivir? Una situación complicadísima que sería suficiente para hundir a cualquiera en la miseria. Sin embargo Ann es también una mujer valiente y no piensa dedicar más tiempo del estrictamente necesario a gimotear y a maldecir su suerte. Todo lo contrario, en un gesto de gran fortaleza se decidirá a no hacer partícipe a los demás de su delicada situación, afrontándola en absoluta soledad y evitando con ello a los suyos una angustia que a nadie va a ayudar. Y además ganándose de paso un espacio propio del que seguramente no ha podido disfrutar nunca; una libertad que le permitirá explorar por su cuenta esas otras regiones de la vida que tal vez hasta ese momento no había tenido oportunidad de descubrir o que quizá había olvidado ya sepultadas por la inercia y la rutina. Así que antes de morir se propondrá realizar tareas tan modestas como ponerse uñas postizas, decirle a sus hijas todos los días que las quiere, fumar y beber cuanto desee, ir de camping con toda su familia o decir siempre lo que piensa; pero también objetivos más ambiciosos como buscar una sustituta que haga más llevadera a sus hijas y a su marido su ausencia –anda que confía mucho en el buen criterio de Don-, reconciliarse con su padre preso al que no ve desde hace diez años , conseguir que alguien se enamore de ella o conocer más varón que su marido –anda que quiere mucho a Don.


Una programación que la llevará sin duda a disfrutar de una vida más plena y más intensa, pero sobre todo que le otorgará nuevos ojos con los que mirar y valorar su propia existencia. Porque en su vagabundeo en pos de cumplir sus propósitos se va a topar con una serie de pintorescos personajes que le ofrecerán una lección impagable: todos, desde el médico incapaz de mirarle a los ojos y que le regala caramelos de jengibre, hasta la camarera cuyo gran sueño es operarse para que la confundan con Cheer, pasando por la peluquera de trenzas que se lamenta por el destino injusto de Milli Vanilli, la compañera de trabajo obsesionada con la comida y las dietas, la vecina traumatizada por esos bebes siameses a los que vio morir en sus brazos o ese amante solitario que vive entre cuatro paredes vacías, todos sin excepción van a enseñarle que incluso la vida más rota y aparentemente sin sentido constituye una experiencia única digna de ser aprovechada; que la existencia es siempre, aun con toda su carga de frustración, resignación y dolor, un privilegio que hay que apurar hasta las heces. Una lección que le servirá también para aprender a morir; para reconciliarse consigo misma y confesar, como Neruda, que después de todo ella también ha vivido. Y a nosotros, espectadores modositos, a no olvidarnos que no estamos menos condenados que Ann a tan trágico desenlace y que más nos vale no andar perdiendo el tiempo comiéndonos la cabeza con tonterías que no llevan a nada.

En fin, una película muy emotiva que sin embargo, y como diría quién yo me sé, he visto sin soltar ni una sola lágrima. Insensible que es uno. Y que conste que el rojo de mis ojos es fruto de una conjuntivitis tan repentina como inexplicable.



¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

martes, 16 de noviembre de 2010

Pacquiao-Margarito, la pelea del año

Esto de publicar entradas, como todo en la vida, es una cuestión de oportunidad, de mantener un cierto equilibrio entre contenidos, de cuidar las sinergías que se puedan generar entre las unas y las otras. No parece, por tanto, muy recomendable subir un post dedicado al boxeo justo cuando hace tan poco que ya se le dedicó otro. Y sin embargo, si realmente es cuestión de oportunidad, no hay nada más oportuno, incluso tirando a oportunista, que ofrecer el excelente combate que se marcaron la pasada madrugada del sabado al domingo Manny "Pac-Man" Pacquiao y Antonio "El Tornado de Tijuana" Margarito. Vamos, y porque no he podido antes, que si no también. Y es que da gusto ver a un poeta, a un artista del ring como Pacquiao en plena composición de una obra maestra. Otra más en su carrera. Ya sólo nos queda seguir suspirando para que el 2011 nos traiga el ansiado Mayweather Jr. VS Pacquiao, una pelea que de darse podría convertirse en uno de los acontecimientos más grandes que jamás hayan sucedido en la historia del boxeo. Un evento de una magnitud tal que es hasta difícil de imaginar. Mientras tanto, mientras sí y mientras no, a falta de panes, buenas son obleas:

¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

domingo, 14 de noviembre de 2010

Mis cuentos favoritos: El tic de Horkheimer, de Alonso Guerrero

De Alonso Guerrero, escritor mendralejense y primo del JL, como bien sabe media España y no desconoce la otra mitad, me atrae especialmente la pasión y la pureza de su propuesta literaria: la de un autor que vive por y para su obra, que hace del acto de la escritura una necesidad que roza con lo físico y que además confiesa leer más que mear. Hablamos de un escritor atípico para los tiempos que corren, alguien que frente a las exigencias mercantilistas de la actualidad, empeñadas en disolver el hecho literario en los requerimientos de la industria, opone una actitud beligerante que se atrinchera siempre en su propio juicio estético, sin permitir concesiones de cara a la galería, le entienda quien le entienda y le lea quien le quiera leer. Una actitud que los lectores de bestsellers no le agradecerán demasiado, pero que resulta cuanto menos encomiable a estas alturas del invento.

De las obras que le conozco la más representativa y la más recomendable, y por tanto la que en buena lógica os voy a recomendar, es la recopilación de cuentos titulada De la indigencia a la literatura, auténtico muestrario de las inquietudes y obsesiones que pueblan su universo creativo, con especial predominio de los azares y los rigores del escritor que resiste como puede ante los impedimentos que obstaculizan el cumplimiento de su proposito. Y dentro de ese libro, me quedo con el divertidísimo El tic de Horkheimer, que además puede ser leído como una aportación más para el debate sobre la crisis. O a lo mejor hasta hay quien le encuentra relación con el Fedro. En cualquier caso, toca pinchar en Leer más.


El tic de Horkheimer

A mitad de la oscura década de los cincuenta Max Horkheimer –hombre al que las noticias empezaban a hacer un viejo- vivía cegado por tres relumbrones. El primero había sido el derrumbamiento capitalista del 29; después la llegada del fascismo, que añadía metros a esa caída. Ahora, por fin, se hallaba rodeado de la más salvaje plutocracia. A decir verdad, tal estado no le produjo disgusto: era preciso que un crítico no se alejase de su objeto.También la primavera debe volver periódicamente a las sedientas llanuras de la sabana. Sin embargo en el cincuenta y cinco necesitaba más que nunca de perspectiva. La crítica del capitalismo y, por extensión, de la sociedad americana, no podía hacerse desde la barra de una hamburguesería.
A sus sesenta años había leído varias veces Las tentaciones de San Antonio, de Flaubert, y llegado a la conclusión de que la única perspectiva posible debía de contener algo que no era muy bien visto por sus amigos marxistas: precisamente, la tentación. Por eso se propuso que irse a los Estados Unidos fuera una suerte de experimento privado, como el del científico que se inyecta el veneno para abocarse a encontrar su antídoto. No era buen momento, empero, de llevarlo a cabo. Se decía por ahí que su exilio americano iba convirtiéndose en un paraíso. No obstante, si no criticaba el capitalismo a su edad no lo criticaría nunca, pues pensaba honradamente que lo que había hecho hasta entonces era lidiar a la bestia, quizá no sin arte, pero evitando entrar a matar.
De modo que, como San Antonio, se aisló. Alquiló un modestísimo piso sin teléfono bajo las pilastras del puente de Brooklyn y se dedicó a escribir y observar por las ventanas con mosquitero cómo la sociedad iba pisoteando diariamente al individuo. Al principio todo fue requetebién: estaba rodeado de negros que llegaban al atardecer de las fábricas de los blancos, ilustraban con sus novias en el descansillo durante unos minutos las crónicas de pobres amantes y, de madrugada, partían de nuevo hacia la fábrica como atlantes mal pagados. Horkheimer apostaba contra ellos como si se tratase de caballos, en la soledad de aquel apartamento amueblado con un infernillo, una nevera en la que había que renovar todos los días la barra de hielo, una cama, una mesa de trabajo junto a la cama y una estantería en la que los libros de su discípulo Theodor W. Adorno –al que él llamaba Wiesengrund porque era lo que más le cabreaba- estaban colocados a la buena de Dios en la balda de abajo, de la que casi nunca quitaba el polvo. Como se ve, nada de necesidades consumistas, nada del discurso repetido de la publicidad, por más que los negros en los pasillos anduvieran “golpeando eternamente la máquina del jazz”. También había renunciado, a pesar de ser un viejo, a los pases de dibujos animados que reponía el cine de la esquina, a los relamidos actores “smart” de Hollywood y todas esas nuevas películas que tanto le recordaban las de la Ufa.
Por fin trabajaba a gusto contra lo que quería. Una especie de pátina de prestigio le había despojado siempre de su verdadera naturaleza, en la que tan cómodo se sentía ahora: la naturaleza de espía, de soplón, de gorgojo del sistema. Nadie tenía su dirección, excepto el casero, al que le había dicho que era un profesor de párvulos.
-¿Con ese nombre? – le preguntó el tipo, quizá porque todos los nombres alemanes se habían hecho sospechosos y aquel hombre llevaba un número tatuado en la muñeca.- ¿No estará usted huyendo de algo?
-De todo, menos de la policía…
Desde ese momento no tuvo que hablar más con él. Incluso podía retrasar lo que quisiera el pago del alquiler, cosa que no hizo demasiadas veces: prefería –en los Estados Unidos- la acusación de nazi a la de insolvente.
Poco tiempo necesitó para dedicarse a medir, como un buscador de lombrices, la resaca del capitalismo y de su brazo más potente: la industria cultural. Los negros arriesgaban la mitad de sus sueldo a la lotería y, cuando ésta no les tocaba –la lotería nunca toca a los negros- se consolaban con el jazz y con las películas de Victor Mature. A lo lejos, en la bahía, la estatua de la Libertad le parecía uno de los mitos de Cthulhu que, cuando era encendida por las noches, cobraba vida con objeto de enganchar voluntarios para la guerra de Corea.
Escribió denodadamente durante varios meses, quizá tres o cuatro. ¿Denodadamente? Apocalípticamente, más bien, en tanto que veía crecer dentro de sí esa férrea resistencia contra el terror hacia la vida que había vivido. Más que nunca, era preciso denunciar el poder político como una reluctancia del poder económico capitalista, la democracia como un disfraz y los datos estadísticos como lentejuelas de ese disfraz (no quiso escribir “adornos”). Vio por la ventana, como el capitán Nemo por los ojos del Nautilus, a las multitudes de un mundo absurdo que eran fácil presa de una decantación irrecusable de pobreza y degradación. Vio cabezas vacías, a medida que la suya iba vaciándose en aquel ensayo sobre la industria cultural. Vio la latente in-pertinencia de la cultura clásica, sin dejar de tener en cuenta que era aquella misma sociedad capitalista la que había convertido a Marx en un clásico y al materialismo en una dialéctica de salón de té. No es que, a tenor de lo ocurrido en Rusia, echase de menos algo tan espectacular como la dictadura del proletariado, pero el pensamiento filosófico que la había previsto –o, como diría un magnate norteamericano, diseñado- tenía aún profundas raíces en su corazón. Escribió febrilmente, como un Chandler en sus mejores tiempos, tanto que a menudo volvía a la ventana para no perder el punto de vista pragmático.
¿Y qué es lo que veía? Un mundo deshabitado, lleno de alienados por dinero o por indigencia. Grandes carteles de neón que anunciaban una bebida borrascosas e indigesta llamada Coca-Cola, un trozo del edificio de la Chrysler, trabajadores chinos que fumaban opio en lugar de creer en Buda, negros que adoraban la piel de Frank Sinatra y blancos pobres que suspiraban por la de Sidney Poitier. Pero, sobre todo, veía cómo él mismo iba colocando las grandes bombas filosóficas que iban a dinamitar todo aquello. Él, con su pensamiento avejentado, venido de Europa, casi vergonzosamente retrospectivo. Él, Max Horkheimer, un sexagenario que pagaba su alquiler, se sentía aún lo bastante joven para aislarse y transformar aquella “aristocracia espiritual” de Baudelaire en pragmatismo y filosofía, sobre todo en una peregrina ciencia de lo pragmático que odiaba todo lo pragmático, y el jazz sobremanera.
“Las grandes pruebas del espíritu son silenciosas –le decía, citando a Michaux, al mozo del hielo cuando le abría la puerta-. No las presiente ni la dialéctica” Todo fue inmejorablemente, en efecto, durante aquellos meses que constituyen los mejores de la etapa creativa de Horkheimer: dilucidó su pensamiento, lo aclaró y lo puso al día. Es más, se reconcilió con él, después de una relativa separación –un caprichoso ahorquillamiento provocado por un rebrote de sociologismo-, mientras aún los dos caminos se hallaban a la vista.
Ahora bien –y aquí es donde diferentes autores, historiadores de la filosofía y amigos discrepan-, tal etapa no estuvo totalmente exenta de problemas. El origen de esos problemas se halla a merced tanto del albur, para unos, como de la exégesis, para otros. Por ello, la existencia de esa solapada leyenda negra que hoy se comenta en varios círculos, al considerarse que no puede perjudicar en nada su pensamiento, tampoco ha de constituir menosprecio alguno para la integridad de su prestigio.
Tal leyenda, o infundio, o como se le llame, que ha sido satirizado mediante el famoso “tic de Horkheimer”, parte desde luego de testigos del todo ajenos a la comunidad filosófica. Uno de ellos es el casero del apartamento en que Horkheimer vivía. Sin ninguna animadversión, tal individuo en cierta manera divulgó el parecer del filósofo ante el hallazgo de un aparato de radio que había estado oculto en un mueble empotrado durante los meses previos al arrendamiento de la vivienda. El casero, llamado Robert Süss, reveló que ya en la última etapa de su hospedaje encontró a Horkheimer más agotado de lo habitual. Era un hombre viejo y solo que se pasaba el día mirando por la ventana. Fue en esos días cuando, seguramente buscando por la casa en una tarde aburrida -pues el cuarto donde se hallaba el aparato lo tenía desocupado- encontró la radio. Le preguntó al casero, de bastante malas maneras, por qué había dejado allí aquel ubicuo tótem de la industria cultural. Este no supo qué responder, pues hasta más tarde no se le informó de lo que realmente había ido a hacer a su casa Horkheimer, pero sin querer precipitar las cosas le respondió que al mes siguiente se lo llevaría, ya que sólo había pasado a cobrar e iba con la compra para su esposa. Se despidió, pero antes oyó que el filósofo decía algo así como que “Goebbels y el Führer le habían quitado las ganas de publicidad”.
A partir de lo constatado no hay más que hipótesis, si bien algunas bastante malintencionadas, aunque el propio Horkheimer ya respondió a ellas, antes de enfermar y morir en 1973, diciendo que la crítica más halagadora que el capitalismo pude hacer a su obra es la dirigida hacia su persona.
En efecto, las malas lenguas, las que a duras penas son esclavas de cabezas susceptibles de llamarse pensantes (cuánto menos filosóficas), han sostenido siempre la existencia de una relación casi “contra natura” de Horkheimer –en tal apartamento de Nueva York donde escribió el grueso de su diatriba contra el capitalismo- y aquel aparato de radio. Por eso, el tic aludido, esa especie de espasmo en brazos y piernas que a veces ha demostrado incluso en público, dícese debido a que Horkheimer recuerda con insistencia una vieja tonada de Benny Goodman. Pero esta teoría ha sido desmentida por algunos estudiosos del ritmo, más inclinados a identificar en tales movimientos ciertos acordes de Charlie Parker.
¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

sábado, 13 de noviembre de 2010

Una partida sorprendente


Hace ya un montón de años de esta historia, puede que fuese el año 1995, no estoy seguro al cien por cien de ello; empezábamos el campeonato regional por equipos y nos tocó en 1ª ronda el club San Francisco de Badajoz, que por entonces tenía el mejor equipo y nadie le hacía sombra. Eran tiempos en los que el Magic aun no existía; José Mª Beltrán (alias Pepo) presidía la FEA y nosotros nos apañábamos como podíamos con un equipo relativamente joven e inexperto, sobre todo en dos de los tableros, con lo que nuestras esperanzas de sacar algo positivo eran muy escasas. En concreto nos desplazamos hasta Badajoz Juan Diego Caballero, J.Fco Arroyo, José Luis Cruz y yo. A pesar de todo hicimos el viaje entre risas, que a nosotros a moral no hay quien nos gane y hasta nos dábamos el lujo de soñar con sacar algo positivo.

A mí me correspondió jugar con Juan Manuel Carrasco, que venía de ser campeón de España Juvenil de forma sorprendente, así que salvo milagro o mal día de Carrasco poco podía hacer yo. Creo que también jugaban Jesús y Pepo Beltrán, y que Iván Cabezas completaba su equipo, aunque es algo que no recuerdo con seguridad.

Juan Diego cayó pronto en el 4º tablero, Juanfran y José Luis aguantaron más, pero el resultado al final fue el mismo, la derrota. Yo estaba muy relajado, es más, vino a visitarme un familiar durante la partida y tomamos café con mi reloj corriendo, vamos, que iba de sobrao..., tan seguro estaba de mi derrota, de que metería la pata en algún momento de la partida y de que Carrasco me daría la paliza.

La partida fue una defensa Benoni, que nunca ha sido mi favorita, pero en otra ocasión vi como José Luis (Krugius en Letrinas) le ganaba un Marcos Suárez con ella a Germán (alias Buendia en Letrinas), o como Adolfo le ponía en muchísimas dificultades a Julián Figuero, durísimo jugador pacense, y pensé también en las partidas de Tahl con esta defensa, así que tiré p’alante con ella. Carrasco me siguió el juego, pero enseguida se lió y no dio con un plan que le permitiera atacar el peón de d6 (verdadero talón de Aquiles de esta defensa) con lo que me otorgó la iniciativa por el flanco de dama (una de las virtudes de este sistema) y la posibilidad de abrir la columna b y penetrar con la torre en su campo. Conseguí ganarle un peón, con lo que parecía que la partida se iba a decantar de mi lado, pero Carrasco, que no quería cosechar un rosco en su estreno como 1er tablero del equipo campeón, se exprimió al máximo y vaya que si me lo puso difícil.

Llegamos a un final apretado y mis compañeros se mostraban muy inquietos; habían colocado un tablero en la sala contigua y estaban analizando la posición de la partida. Parecía haber un prometedor sacrificio de caballo por dos peones, que junto al que ya tenía de ventaja debería ser material más que suficiente para rematar la partida. La tensión del momento me ponía nervioso, pero como habíamos traspasado el 1er control de tiempo tenía una hora más para pensar, así que me aislé y empecé a ver cosas que no me gustaron. Y es que el sacrificio al que me invitaba Carrasco me llevaba de forma sutil a tirar la partida. El colega me había preparado una celada muy golosa y si me llego a guiar por el impulso la derrota habría sido para mí un palo enorme.

Afortunadamente lo vi, así que tiré por caminos menos escabrosos pero más lúcidos, jugué sólido (como no suelo hacer, pues uno de nuestros defectos es que buscamos la brillantez, en vez de conformarnos con la victoria) y el peón de ventaja hizo su efecto en la posición, venciendo al por entonces vigente Campeón Juvenil de España.

Recuerdo como José Luis, Juanfran y Juan Diego me decían que muy bien jugado, pero que se ganaba de otra forma: ¡sacrificando el caballo! Carrasco y yo nos miramos y al unísono contestamos:¡eso pierde! Carrasco me dio la enhorabuena por la partida, y salimos del mesón taurino felices. A pesar de la derrota del equipo, jamás vi a José Luis tan contento por una victoria mía. El viaje de vuelta fue más agradable si cabe que el de la ida y supuso un primer paso para darnos cuenta de que éramos mucho mejores de lo que pensamos en Almendralejo.
¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

Manifiesto de los economistas aterrados

Hoy, documentandome para ese proyectado debate sobre la crisis, que ojalá tengamos pronto, me he encontrado este documento, que creo que es importante difundir. Lo firman destacados economistas de Francia, pero no de esos que se llaman asesores en los gobiernos de turno, que no son mas que una caterva de adivinadores modernos, sino de economistas serios, que se ocupan de la gestion de los recursos con que vivimos. Y es que estos profesionales, ante las circunstancias actuales (paro, recorte de derechos y politicas sociales, mantenimiento de las politicas neoliberales) han dado un sonoro puñetazo en la mesa y han gritado ¡Basta!. Y lo han hecho de la mejor manera posible, a mi entender: publicando un manifiesto en el que denuncian las falsedades que nos han colado (nos estan colando) sobre la crisis. Y lo mejoran, porque seguidamente proponen 22 soluciones serias para salir de ella. Os dejo ya el documento, que espero os parezca interesante, y para que Pedro vea que soy buen alumno, os incluyo un bonito video educativo que os introducirá en el ambiente. Si quereis mas informacion, estos señores tienen una pagina web:

http://www.atterres.org/?q=node/1
(en francés, aunque el documento está en español)





Manifiesto de los economistas aterrorizados


CRISIS Y DEUDA EN EUROPA: 10 FALSAS EVIDENCIAS, 22 MEDIDAS EN DEBATE PARA SALIR DEL ATOLLADERO.

Introducción.

La reactivación económica mundial, lograda por medio de una colosal inyección de gasto público en el circuito económico (de los EEUU a China), es frágil pero real. Un solo continente se queda atrasado, Europa. Encontrar el camino del crecimiento no es su prioridad política. Europa entró en otra vía: la de la lucha contra los déficits públicos.

En la Unión Europea estos déficits son elevados, es verdad, -7% en promedio en el 2010-, pero mucho menos que el 11% de los EEUU. Mientras algunos Estados norteamericanos de peso económico superior al de Grecia, California por ejemplo, están cercanos a la quiebra, los mercados financieros decidieron especular sobre la deuda soberana de los países europeos, particularmente los del sur. Europa está prisionera de su propia trampa institucional: los Estados deben tomar créditos ante instituciones financieras privadas que obtienen liquidez a bajo precio del Banco Central Europeo. Así, los mercados tienen la llave del financiamiento de los Estados. En este marco la ausencia de solidaridad europea suscita la especulación, tanto más cuanto que las agencias de calificación juegan a acentuar la desconfianza.

Fue necesaria la degradación de la nota de Grecia por la agencia Moody’s el 15 de junio, para que los dirigentes europeos retomaran el término de “irracionalidad” que tanto emplearon al inicio de la crisis de los subprimes. De este modo se descubre que España está más amenazada por la fragilidad de su modelo de crecimiento y de su sistema bancario que por su deuda pública.

Para “tranquilizar los mercados” se improvisó un Fondo de estabilización del euro, y se lanzaron por toda Europa drásticos y, a menudo ciegos, planes de reducción del gasto público. Los funcionarios son las primeras víctimas, incluso en Francia, en donde el alza de cotizaciones de su previsión será una disimulada baja de sus salarios. El número de funcionarios disminuye en todas partes, amenazando los servicios públicos. Las prestaciones sociales, de los Países Bajos a Portugal, pasando por Francia con su actual reforma de la previsión, están siendo gravemente amputadas. El paro y la precariedad del empleo crecerán forzosamente en los años venideros. Estas medidas son irresponsables desde un punto de vista político y social, e incluso en el estricto ámbito económico.

Esta política, que ha calmado provisoriamente la especulación, tiene ya consecuencias sociales muy negativas en numerosos países europeos, particularmente en la juventud, el mundo del trabajo y los más vulnerables. A corto plazo agudizará las tensiones en Europa y con ello amenazará la propia construcción europea que es mucho más que un proyecto económico. Allí la economía debiese estar al servicio de la construcción de un continente democrático, pacificado y unido. En lugar de eso, se impone por todas partes una forma de dictadura de los mercados, y especialmente hoy en día en Portugal, España y Grecia, tres países que aun eran dictaduras a principios de los años 1970, hace apenas cuarenta años.

Que se la interprete como el deseo de “tranquilizar los mercados” por parte de gobiernos asustados, o bien como un pretexto para imponer decisiones dictadas por la ideología, la sumisión a esta dictadura es inaceptable en tanto ha dado ya la prueba de su ineficacia económica y de su potencial destructivo en los planos político y social.

Un verdadero debate democrático sobre las decisiones de política económica debe pues abrirse en Francia y en Europa. La mayor parte de los economistas que intervienen en el debate público lo hacen para justificar o racionalizar la sumisión de las políticas a las exigencias de los mercados financieros. Cierto, en todas partes los poderes públicos debieron improvisar planes keynesianos de reactivación e incluso nacionalizar temporariamente los bancos. Pero quieren cerrar este paréntesis lo más pronto posible. El software neoliberal aun sigue siendo considerado como legítimo, a pesar de sus patentes fracasos. Éste, fundado sobre la hipótesis de eficiencia de los mercados financieros, plantea reducir el gasto público, privatizar los servicios públicos, flexibilizar el mercado del trabajo, liberalizar el comercio, los servicios financieros y los mercados de capitales, aumentar la competencia en todo tiempo y lugar…

Entre tanto, los economistas, estamos aterrados al ver que estas políticas siguen a la orden del día y que sus fundamentos teóricos no son cuestionados. No obstante, los argumentos avanzados desde hace treinta años para orientar las decisiones de política económica europea son desmentidos por los hechos. La crisis desnudó el carácter dogmático e infundado de la mayor parte de las pretendidas evidencias repetidas hasta la saciedad por quienes deciden y por sus consejeros. Ya se trate de la eficacia y de la racionalidad de los mercados financieros, de la necesidad de mutilar el gasto para reducir la deuda pública o de reforzar el “pacto de estabilidad”, hay que cuestionar dichas falsas evidencias y mostrar la pluralidad de decisiones posibles en materia de política económica. Otras decisiones son posibles y deseables, a condición, primero que nada, de liberarse del dominio impuesto por la industria financiera sobre las políticas públicas.

Hacemos más adelante una presentación crítica de diez postulados que continúan inspirando cada día las decisiones de los poderes públicos en toda Europa, a pesar de los brutales desmentidos aportados por la crisis financiera y sus consecuencias. Se trata de falsedades que inspiran medidas injustas e ineficaces, frente a las cuales proponemos al debate veintidós contra proposiciones. Ellas no cuentan necesariamente con el asentimiento unánime de los signatarios de este texto, pero deben ser tomadas en serio si queremos sacar a Europa del atolladero.

Falsedad n°1: los mercados financieros son eficientes.

Falsedad n°2: los mercados financieros son favorables al crecimiento económico.

Falsedad n°3: los mercados son buenos jueces de la solvencia de los Estados.

Falsedad n°4: el aumento de la deuda pública resulta de un aumento del gasto.

Falsedad n°5: hay que reducir el gasto para reducir la deuda pública.

Falsedad n°6: la deuda pública le hará pagar nuestros excesos a nuestros nietos.

Falsedad n°7: hay que tranquilizar a los mercados financieros para financiar la deuda pública.

Falsedad n°8: la Unión Europea defiende el modelo social europeo.

Falsedad n°9: el euro nos protege contra la crisis.

Falsedad n°10: la crisis griega permitió avanzar hacia un gobierno económico y una verdadera solidaridad europea.

FALSA EVIDENCIA N°1: LOS MERCADOS FINACIEROS SON EFICIENTES.

Un hecho se impone hoy a todos los observadores: el papel primordial que desempeñan los mercados financieros en el funcionamiento de la economía. Es el resultado de una larga evolución que empezó finales de la década de 1970. La midamos como la midamos esta evolución marca una ruptura neta, tanto cuantitativa como cualitativa, con las décadas precedentes. Bajo la presión de los mercados financieros la regulación del conjunto del capitalismo se transforma en profundidad y da nacimiento a una forma inédita de capitalismo que algunos llamaron “capitalismo patrimonial”, “capitalismo financiero” o incluso “capitalismo neoliberal”.

Estas mutaciones encontraron en la hipótesis de eficiencia informativa de los mercados financieros su justificación teórica. En efecto, según esta hipótesis, es importante desarrollar los mercados financieros, hacer que puedan funcionar lo más libremente posible porque constituyen el único mecanismo de asignación eficaz del capital. Las políticas que se han llevado a cabo obstinadamente desde hace treinta años son conformes a esta recomendación. Se trata de construir un mercado financiero mundialmente integrado en el que todos los actores (empresas, hogares, Estados, instituciones financieras) puedan intercambiar todas las categorías de títulos (acciones, obligaciones, deudas, derivados, divisas) en todos los plazos (largo plazo, medio plazo, corto plazo). Los mercados financieros han llegado a parecerse al mercado “sin fricción” de los manuales: el discurso económico ha conseguido crear la realidad. Como los mercados eran cada vez más “perfectos” en el sentido de la teoría económica dominante, los analistas creyeron que en adelante el sistema financiero era mucho más estable que en el pasado. La “gran moderación” (este periodo de crecimiento económico sin subida de los salarios que conoció Estados Unidos desde 1990 a 2007) parecía confirmarlo.

Todavía hoy el G20 persiste en la idea de que los mercados financieros son el buen mecanismo de asignación del capital. La primacía y la integridad de los mercados financieros siguen siendo los objetivos finales que prosigue su nueva regulación financiera. La crisis se interpreta no como un resultado inevitable de la lógica de los mercados desregulados sino como el efecto de la deshonestidad e irresponsabilidad de algunos actores financieros mal vigilados por los poderes públicos.

Sin embargo, la crisis se ha encargado de demostrar que los mercados no son eficientes y que no permiten una asignación eficaz del capital. Las consecuencias de este hecho en materia de regulación y de política económica son inmensas. La teoría de la eficiencia reposa sobre la idea de que los inversores buscan y encuentran la información más fiable posible sobre el valor de los proyectos que compiten para encontrar una financiación. De creer esta teoría, el precio que se forma en un mercado refleja los juicios de los inversores y sintetiza el conjunto de la información disponible: constituye, por consiguiente, un buen cálculo del verdadero valor de los títulos. Ahora bien, se supone que este valor resume toda la información necesaria para orientar la actividad económica y así la vida social. De este modo el capital se invierte en los proyectos más rentables y deja de lado los proyectos menos eficaces. Ésta es la idea central de esta teoría: la competencia financiera produce unos precios justos que constituyen señales fiables para los inversores y orientan eficazmente el desarrollo económico.

Pero la crisis vino a confirmar los diferentes trabajos críticos que habían puesto en duda esta propuesta. La competencia financiera no produce necesariamente precios justos. Peor: con frecuencia la competencia financiera es desestabilizante y lleva a unas evoluciones de precios excesivas e irracionales, las burbujas financieras.

El error principal de la teoría de la eficiencia de los mercados financieros consiste en trasponer a los productos financieros la teoría habitual de los mercados de bienes ordinarios. En estos últimos la competencia es en parte autorreguladora en virtud de lo que se llama la “ley” de la oferta y la demanda: cuando el precio de un bien aumenta, entonces los productores van a aumentar su oferta y los compradores a reducir su demanda; el precio, por lo tanto, va a bajar y a volver cerca de su nivel de equilibrio. En otras palabras, cuando el precio de un bien aumenta unas fuerzas de llamada tienden a frenar y después a invertir este alza. La competencia produce lo que se llama “feedbacks negativos”, unas fuerzas de llamada que van en el sentido contrario del choque inicial. La idea de la eficiencia nace de una transposición directa de este mecanismo a la finanza de mercado.

Ahora bien, para esta última la situación es muy diferente. Cuando el precio aumenta es frecuente observar no una bajada, ¡sino una subida de la demanda! En efecto, la subida del precio significa un rendimiento mayor para quienes poseen el título debido a la plusvalía realizada. Por consiguiente, la subida del precio atrae a nuevos compradores, lo que refuerza más la subida inicial. Las promesas de bonos empujan a los traders a ampliar aún más el movimiento. Hasta el incidente, imprevisible pero inevitable, que provoca la inversión de las anticipaciones y la quiebra. Este fenómeno digno de la irreflexión de los borregos es un proceso de “feedbacks positivos” que empeora los desequilibrios. Es la burbuja especulativa: una subida acumulativa de los precios que se alimenta a sí misma. Este tipo de proceso no produce precios justos sino, por el contrario, precios inadecuados.

Por consiguiente, el lugar preponderante ocupado por los mercados financieros no puede llevar a eficacia alguna. Aún más, es una fuente permanente de inestabilidad, como lo demuestra claramente la serie ininterrumpida de burbujas que hemos conocido desde hace 20 años: Japón, Sudeste de Asia, internet, mercados emergentes, la inmobiliaria, conversión de la deuda en valores. Así, la inestabilidad financiera se traduce en fuertes fluctuaciones de las tasas de intercambio y de la Bolsa, que manifiestamente no tienen relación con los fundamentos de la economía. Esta inestabilidad, nacida del sector financiero, se propaga a la economía real por medio de numerosos mecanismos.

Para reducir la ineficiencia e inestabilidad de los mercados financieros sugerimos cuatro medidas:

Medida n°1: compartimentar estrictamente los mercados financieros y las actividades de los actores financieros, prohibir a los bancos especular por su propia cuenta para evitar la propagación de las burbujas y de las quiebras,

Medida n°2: reducir la liquidez y la especulación desestabilizadora por medio de controles sobre los movimientos de capitales y de las tasas sobre las transacciones financieras,

Medida n°3: limitar las transacciones financieras a las que respondan a las necesidades de la economía real (por ejemplo, CDS [Credit Default Swap o permuta de incumplimiento crediticio] únicamente para quienes detentan títulos asegurados, etc.)

Medida n°4: limitar la remuneración de los traders.

FALSA EVIDENCIA N°2: LOS MERCADOS FINANCIEROS SON FAVORABLES AL CRECIMIENTO ECONÓMICO.

La integración financiera ha llevado el poder de las finanzas a su cénit debido al hecho de que unifica y centraliza la propiedad capitalista a escala mundial. En adelante ella es quien determina las normas de la rentabilidad exigidas al conjunto de los capitales. El proyecto era que la finanza de mercado sustituyera a la financiación bancaria de los inversores. Proyecto que, además, ha fracasado porque hoy, globalmente, son las empresas las que financian a los accionistas en vez de lo contrario. En adelante la gobernanza de las empresas se ha transformado profundamente para alcanzar las normas de rentabilidad del mercado. Con el aumento en potencia del valor accionarial se ha impuesto una concepción nueva de la empresa y de su gestión, pensadas como puestas al servicio exclusivo del accionista. Ha desaparecido la idea de un interés común propio de las diferentes partes interesadas vinculadas a la empresa. Los dirigentes de las empresas que cotizan en Bolsa tiene en adelante la misión primera de satisfacer únicamente el deseo de enriquecimiento de los accionistas. En consecuencia, dejan ellos mismos de ser asalariados, como demuestra el desmesurado aumento de sus remuneraciones. Como avanza la teoría de “la agencia”, se trata de hacer de modo que los intereses de los dirigentes sean en adelante convergentes con los de los accionistas.

El ROE (Return on Equity, o rendimiento de los capitales propios) de 15% a 25% es en adelante la norma que impone el poder de la finanza a las empresas y a los asalariados. La liquidez es el instrumento de este poder que permite en cualquier momento a los capitales no satisfechos ir a buscar a otra parte. Frente a esta potencia, tanto los asalariados como la soberanía política parecen por su fraccionamiento en estado de inferioridad. Esta situación desequilibrada lleva a unas exigencias de beneficio descabelladas porque reprimen el crecimiento económico y llevan a un aumento continuo de las desigualdades de ingresos. Por un lado las exigencias de rentabilidad inhiben fuertemente la inversión: cuanto más elevada es la rentabilidad demandada más difícil es encontrar proyectos suficientemente eficientes para satisfacerla. Las tasas de inversión siguen siendo históricamente débiles en Europa y en Estados Unidos. Por otra parte, estas exigencias provocan una constante presión a la baja sobre los salarios y el poder adquisitivo, lo que no es favorable a la demanda. La ralentización simultánea de la inversión y del consumo lleva a un crecimiento débil y a un paro endémico. En los países anglosajones se ha contrarrestado esta tendencia por medio de desarrollo del endeudamiento de los hogares y por medio de las burbujas financieras que crean una riqueza que permite un crecimiento del consumo sin salarios, pero terminan en quiebras.

Para remediar los efectos negativos sobre la actividad económicas ponemos debatir tres medidas :

Medida n°5: reforzar significativamente los contra-poderes en las empresas para obligar a las direcciones a tener en cuenta los intereses del conjunto de las partes interesadas,

Medida n°6: aumentar fuertemente los impuestos a los ingresos muy altos para disuadir la carrera por los rendimientos insostenibles,

Medida n°7: reducir la dependencia de las empresas en relación a los mercados financieros desarrollando una política pública del crédito (tasas preferenciales para las actividades prioritarias en el plano social y medioambiental).

FALSA EVIDENCIA N° 3 : LOS MERCADOS SON BUENOS JUECES DE LA SOLVENCIA DE LOS ESTADOS.

Según los defensores de la eficiencia de los mercados financieros, los operadores de mercado tendrían en cuenta la situación objetiva de las finanzas públicas para evaluar el riesgo de suscribir un préstamo de Estado. Tomemos el caso de la deuda griega: los operadores financieros y quienes toman las decisiones se remiten únicamente a las evaluaciones financieras para juzgar la situación. Así, cuando la tasa exigida a Grecia ascendió a más del 10%, cada uno dedujo que el riesgo de falta [de pago] estaba cercano: si los inversores exigen semejante prima de riesgo es que el peligro es extremo.

Hay en ello un profundo error si se comprende la verdadera naturaleza de la evaluación por el mercado financiero. Como éste no es eficiente, lo más frecuente es que produzca unos precios completamente desconectados de los fundamentales. En esas condiciones es descabellado entregarse únicamente a las evaluaciones financieras para juzgar una situación. Evaluar el valor de un título financiero no es una operación comparable a medir un tamaño objetivo, por ejemplo, a calcular el peso de un objeto. Un título financiero es un derecho sobre unos ingresos futuros: para evaluarlo hay que prever lo que será el futuro. Es una cuestión de juicio, no una medida objetiva porque en el instante t, el futuro no está en modo alguno predeterminado. En las bolsas de mercado sólo es lo que los operadores imaginan que será. Un precio financiero resulta de un juicio, de una creencia, de una apuesta sobre el futuro: nada asegura que el juicio de los mercados tenga algún tipo de superioridad sobre las demás formas de juicio.

Sobre todo, la evaluación financiera no es neutra: afecta al objeto medido, compromete y construye el futuro que ella imagina. Así, las agencias de calificación financieras contribuyen en mucho a determinar las tasas de interés en los mercados de obligaciones atribuyendo unas notas cargadas de una gran subjetividad, incluso de una voluntad de alimentar la inestabilidad, fuente de beneficios especulativos. Cuando degradan la calificación de un Estado aumentan la tasa de interés exigida por los actores financieros para adquirir los títulos de la deuda pública de este Estado y aumentan con ello el riesgo de quiebra que ellas han anunciado.

Para reducir la influencia de la psicología de los mercados sobre la financiación de los estados, proponemos debatir dos medidas:

Medida n°8: no se debe autorizar a las agencias de calificación financiera a pesar arbitrariamente en las tasas de interés de los mercados de obligaciones degradando la calificación de un Estado: su actividad se debería reglamentar exigiendo que esta nota resulte de un cálculo económico transparente.

Medida n°8 bis: liberar a los Estados de la amenaza de los mercados financieros garantizando que el Banco Central Europeo (BCE) compra los títulos públicos.

FALSA EVIDENCIA N° 4 : LA SUBIDA ESPECTACULAR DE LAS DEUDAS PÚBLICAS ES EL RESULTADO DE UN EXCESO DE GASTOS.

Michel Pébereau, uno de los “padrinos” de la banca francesa, describía en 2005 en unos de estos informes oficiales ad hoc a una Francia asfixiada por la deuda pública y sacrificando sus generaciones futuras al entregarse a unos gastos sociales irreflexivos. El Estado que se endeuda como un padre de familia alcohólico que bebe por encima de sus medios: ésta es la visión que suelen propagar la mayoría de los editorialistas. La reciente explosión de la deuda pública en Europa y en el mundo se debe en todas partes a otra cosa: a los planes de salvamiento de las finanzas y, sobre todo, a la recesión provocada por la crisis bancaria y financiera que empezó en 2008: el déficit público medio en la zona euro era sólo el 0,6% del PIB en 2007, pero la crisis le ha hecho pasar al 7% en 2010. Al mismo tiempo la deuda pública ha pasado del 66% al 84% del PIB.

Sin embargo, el aumento de la deuda pública tanto en Francia como en muchos países europeos fue primero moderada y anterior a esta recesión: proviene en gran parte no de una tendencia a la subida de los gastos públicos (puesto que, al contrario, desde principios de la década de 1990 estos son estables o en baja en la Unión Europea en proporción al PIB) sino del desmoronamiento de los ingresos públicos debido a la debilidad del crecimiento económico en el periodo y a la contrarrevolución fiscal que han llevado a cabo la mayoría de los gobiernos desde hace veinticinco años. A más largo plazo la contrarrevolución fiscal ha alimentado continuamente el hinchamiento de la deuda de una recesión a otra. Así, en Francia un reciente informe parlamentario cifra en 100.000 millones de euros en 2010 el coste de las bajadas de impuestos consentidas entre 2000 y 2010, sin incluir siquiera las exoneraciones de cotizaciones sociales (30.000 millones) y otros “gastos fiscales”. A falta de una armonización fiscal, los Estados europeos se han entregado a la competencia fiscal, bajando los impuestos a las sociedades, los altos ingresos y los patrimonios. Aunque el peso relativo de sus determinantes varíe de un país a otro, la subida casi general de los déficits públicos y de las ratios de deuda pública en el curso de los treinta últimos años no resulta principalmente de una deriva culpable de los gastos públicos. Un diagnóstico que, evidentemente, abre otras pistas que la sempiterna reducción de los gastos públicos.

Para restaurar un debate público informado sobre el origen de la deuda y, por lo tanto, de los medios de remediarla, proponemos debatir una propuesta:

Medida n° 9: realizar una auditoría pública de las deudas públicas para determinar su origen y conocer la identidad de los principales poseedores de títulos de la deuda y los montantes que poseen.

FALSA EVIDENCIA N°5: HAY QUE REDUCIR LOS GASTOS PARA REDUCIR LA DEUDA PÚBLICA.

Aunque el aumento de la deuda pública resultara en parte de un aumento de los gastos públicos, cortar en estos gastos no contribuiría necesariamente a la solución porque la dinámica de la deuda pública no tiene mucho que ver con la de un hogar: la macroeconomía no es reducible a la economía doméstica. Generalmente la dinámica de la deuda depende de varios factores: el nivel de los déficits primarios, pero también la diferencia entre la tasa de interés y la tasa de crecimiento nominal de la economía.

Y es que si este último es más débil que la tasa de interés la deuda va a crecer mecánicamente debido al “efecto bola de nieve”: explota el importe de los intereses y también el déficit total (incluidos los intereses de la deuda). Así, a principios de la década de 1990 la política del franco fuerte que llevó a cabo Bérégovoy y se mantuvo a pesar de la recesión de 1993-94 se tradujo en una tasa de interés más elevada de forma duradera que la tasa de crecimiento, lo que explica el salto de la deuda pública de Francia durante este periodo. Es el mismo mecanismo que explicaban el aumento de la deuda durante la primera mitad de la década de 1980 bajo el impacto de la revolución neoliberal y de la política de tasas de interés elevadas que llevaron a cabo Ronald Reagan y Margaret Thatcher.

Pero la propia tasa de crecimiento no es independiente de los gastos públicos: a corto plazo la existencia de gastos públicos estables limita la magnitud de las recesiones (“estabilizadores automáticos”); a largo plazo las inversiones y gastos públicos (educación, sanidad, investigación, infraestructuras …) estimulan el crecimiento. Es falso afirmar que todo déficit público crece tanto como la deuda pública o que toda reducción del déficit permite reducir la deuda. Si la reducción de los déficit compromete la actividad económica la deuda aumentará aún más. Los comentaristas liberales subrayan que algunos países (Canadá, Suecia, Israel) realizaron unos ajustes brutales de sus cuentas públicas en la década de 1990 e inmediatamente después conocieron un fuerte rebote del crecimiento. Pero esto sólo es posible si el ajuste concierne a un país aislado, que vuelve a ganar competitividad sobre sus rivales. Lo que evidentemente olvidan los partidarios del ajuste estructural europeo es que los países europeos tienen por principales clientes y rivales a otros países europeos ya que la Unión Europea está globalmente poco abierta al exterior. Una reducción simultánea y masiva de los gastos públicos del conjunto de los países de la Unión Europea sólo puede tener como efecto una recesión agravada y, por lo tanto, una nueva subida de la deuda pública.

Para evitar que el restablecimiento de las finanzas públicas provoque un desastre social y politico proponemos debatir dos medidas:

Medida n°10: mantener el nivel de las protecciones sociales, incluso mejorarlas (subsidio de desempleo, vivienda…);

Medida n°11: aumentar el esfuerzo presupuestario en materia de educación, de investigación, de inversion en reconversión ecológica… para establecer las condiciones de un crecimiento sostenible que permita un fuerte descenso del paro.

FALSA EVIDENCIA N°6: LA DEUDA PÚBLICA TRASLADA EL PRECIO DE NUESTROS EXCESOS A NUESTROS NIETOS.

La afirmación de que la deuda pública sería una transferencia de riqueza en detrimento de las generaciones futuras es otra afirmación falsa que confunde economía doméstica y macroeconomía. La deuda pública es un mecanismo de transferencia de riquezas, pero es sobre todo de los contribuyentes ordinarios hacia los rentistas.

En efecto, basándose en la creencia raramente verificada según la cual bajar los impuesto estimularía el crecimiento y aumentaría in fine los ingresos públicos, desde 1980 los Estados europeos han imitado a Estados Unidos en una política sistemática de hacer la oferta fiscal más baja. Se han multiplicado las reducciones de impuestos y de cotizaciones (sobre los beneficios de las sociedades, sobre los ingresos de los particulares más acomodados, sobre los patrimonios, sobre las cotizaciones patronales…), pero su impacto en el crecimiento económico sigue siendo muy incierto. Por consiguiente, estas políticas fiscales anti-redistributivas han agravado a la vez y de manera acumulativa las desigualdades sociales y los déficits públicos.

Estas políticas fiscales han obligado a las administraciones públicas a endeudarse con hogares acomodados y mercados financieros para financiar los déficits así creados. Es lo que se podría llamar “el efecto jackpot”: con el dinero ahorrado de sus impuestos los ricos han podido adquirir títulos (portadores de interés) de la deuda pública emitida para financiar los déficits públicos provocados por la reducciones de los impuestos… Así, el servicio de la deuda pública en Francia representa 40.000 millones de euros, casi tanto como las recaudaciones del impuesto sobre la renta. Tour de force tanto más brillante cuanto que a continuación se ha logrado hacer creer al público que los culpables de la deuda pública eran los funcionarios, los jubilados y los enfermos.

Por consiguiente, el aumento de la deuda pública en Europa o en Estados Unidos no es el resultado de políticas keynesianas expansionistas o de políticas sociales dispendiosas sino más bien de una política en favor de las capas privilegiadas: los “gastos fiscales” (bajadas de impuestos y de cotizaciones) aumentan los ingresos disponibles de quienes menos lo necesitan, los cuales gracias a ello pueden aumentar más sus inversiones, sobre todo en Bonos del Tesoro, que son remunerados en intereses por medio del impuesto procedente de todos los contribuyentes. En resumen, se establece un mecanismo de redistribución al revés, desde las clases populares hacia las clases acomodadas, vía la deuda pública cuya contrapartida es siempre la renta privada.

Para rectificar de manera equitativa las finanzas públicas en Europa y en Francia proponemos debatir dos medidas:

Medida n°12: volver a dar un carácter fuertemente redistributivo a la fiscalidad directa sobre los ingresos (supresión de los vacíos [fiscales], creación de nuevas series y aumento de las tasas del impuesto sobre la renta…)

Medida n°13: suprimir las exoneraciones consentidas a las empresas que no tienen suficiente efecto sobre el empleo.

FALSA EVIDENCIA N°7: HAY QUE ASEGURAR A LOS MERCADOS FINANCIEROS PARA PODER FINANCIAR LA DEUDA PÚBLICA.

A nivel mundial se debe analizar el ascenso de las deudas públicas correlativamente a la financiación. Durante los últimos treinta años a favor de la liberalización total de la circulación de los capitales las finanzas han aumentado considerablemente su influencia sobre la economía. Las grandes empresas recurren cada vez menos al crédito bancario y cada vez más a los mercados financieros. Los hogares también ven una parte cada vez mayor de su ahorro drenado hacia las finanzas para sus pensiones, vía los diversos productos de inversión o incluso en algunos países vía la financiación de su vivienda (préstamos hipotecarios). Los gestores de carteras que tratan de diversificar los riesgos buscan títulos públicos como complemento a los privados. Los han encontrado fácilmente en los mercados porque los gobiernos han llevado a cabo unas políticas similares que han llevado a un relanzamiento de los déficits: tasas de interés altas, bajada de los impuestos centradas en los ingresos altos, incitaciones masivas al ahorro financiero de los hogares para favorecer las jubilaciones por capitalización, etc.

A nivel de la UE la financiación de la deuda pública se ha inscrito en los tratados: desde Maastricht los Bancos Centrales tienen prohibido financiar directamente a los Estados, que deben encontrar prestamistas en los mercados financieros. Esta “represión monetaria” acompaña a la “liberación financiera” y hace exactamente lo contrario de las políticas adoptadas tras la gran crisis de la década de 1930, de “represión financiera” (drásticas restricciones a la libertad de acción de las finanzas) y de “liberación monetaria” (con el final del patrón oro). Se trata de someter a los Estados, que se supone que son por naturaleza demasiado dispendiosos, a la disciplina de los mercados financieros, que se supone que son eficientes y omniscientes por naturaleza.

Como resultado de esta elección doctrinaria, el Banco Central Europeo no tiene así derecho a suscribir directamente las emisiones de obligaciones públicas de los Estados europeos. Privados de la garantía de poder financiarse siempre en el Banco Central, los Estados europeos del sur han sido así víctimas de ataques especulativos. En efecto, aunque en nombre de una ortodoxia sin fisuras el BCR siempre se había negado a ello, desde hace algunos meses compra obligaciones de Estado a la tasa de interés del mercado para calmar las tensiones en el mercado de obligaciones europeos. Pero nada dice que esto sea suficiente si la crisis de la deuda se agrava y y se esfuman las tasas de interés de mercado. Entonces podría ser difícil mantener esta ortodoxia monetaria que carece de fundamentos científicos serios.

Para remediar el problema de la deuda pública proponemos debatir dos medidas:

Medida n°14: autorizar al Banco Central Europeo a financiar directamente a los Estados (o a imponer a los bancos comerciales suscribir la emisión de obligaciones públicas) a bajo interés, aflojando así el lastre con el que les traban los mercados financieros,

Medida n°15: si fuera necesario, reestructurar la deuda pública, por ejemplo, limitando el servicio de la deuda pública a determinado tanto por ciento del PIB, y operando una discriminación entre los acreedores según el volumen de los títulos que poseen: los rentistas muy grandes (particulares o instituciones) deben aceptar un alargamiento sensible del perfil de la deuda, incluso anulaciones parciales o totales. También hay que volver a negociar las exorbitantes tasas de interés de los títulos emitidos por los países en dificultades desde la crisis.

FALSA EVIDENCIA N°8: LA UNIÓN EUROPEA DEFIENDE EL MODELO SOCIAL EUROPEO.

La construcción europea parece una experiencia ambigua. Coexisten dos visiones de Europa sin osar enfrentarse abiertamente. Para los socialdemócratas, Europa hubiera debido proponerse el objetivo de promover el modelo social europeo, fruto del compromiso social de la época posterior a la Segunda Guerra Mundial, con su protección social, sus servicios públicos y sus políticas industriales. Europa hubiera debido construir una muralla defensiva frente a la globalización liberal, un medio de proteger, de hacer vivir y progresar este modelo. Europa hubiera debido defender una visión específica de la organización de la economía mundial, la globalización regulada por unas organizaciones de gobernanza mundial. Hubiera debido permitir a los países miembros mantener un nivel elevado de gastos públicos y de redistribución, protegiendo su capacidad de financiarlos por medio de la armonización de la fiscalidad sobre las personas, las empresas y los ingresos del capital.

Sin embargo, Europa no ha querido asumir su especificidad. Actualmente la visión dominante en Bruselas y en el seno de la mayoría de los gobiernos nacionales es la contraria a la de una Europa liberal, cuyo objetivo es adaptar a las sociedades europeas a las exigencias de la globalización: la construcción europea es la ocasión de poner en tela de juicio el modelo social europeo y de desregular la economía. La preeminencia del derecho de la competencia sobre las reglamentaciones nacionales y sobre los derechos sociales en el Mercado Único permite introducir más competencia en los mercados de los productos y de los servicios, disminuir la importancia de los servicios públicos y organizar competitividad de los trabajadores europeos. La competencia social y fiscal permitió reducir los impuestos, sobre todo sobre los ingresos del capital y de las empresas (las “bases móviles”) y hacer presión sobre los gastos sociales. Los tratados garantizan cuatro libertades fundamentales: la libre circulación de las personas, de las mercancías, de los servicios y de los capitales. Pero lejos de limitarse al mercado interior, la libertad de circulación de los capitales se ha concedido a los inversores del mundo entero, sometiendo así al tejido productivo europeo a los imperativos de valorización de los capitales internacionales. La construcción europea parece un medio de imponer a los pueblos unas reformas neoliberales.

La organización de la política macroeconómica (independencia del BCE frente a la política, Pacto de Estabilidad) está marcada por la desconfianza respecto a los gobiernos elegidos democráticamente. Se trata de privar a los países de toda autonomía en materia tanto de política monetaria como en materia presupuestaria. Para ya sólo dejar jugar a la “estabilización automática” se debe alcanzar el equilibrio presupuestario y después toda política discrecional desterrada de reactivación. A nivel de la zona no se ha establecido ninguna política coyuntural común ni se ha definido ningún objetivo común en términos de crecimiento o de empleo. No se tienen en cuenta las diferencias de situación entre los países porque el pacto no se interesa ni por las tasas de inflación ni por los déficits exteriores nacionales; los objetivos de las finanzas públicas no tienen en cuenta situaciones económicas nacionales.

Las instancias europeas trataron de impulsar unas reformas estructurales (por medio de las Grandes Orientaciones Políticas Económicas, el Método Abierto de Coordinación o la Agenda de Lisboa) con un éxito muy desigual. Como su modo de elaboración no era democrático ni movilizador, su orientación liberal no correspondía obligatoriamente a las políticas decididas a nivel nacional, teniendo en cuenta las relaciones de fuerza existentes en cada país. Esta orientación no conoció de entrada los brillantes éxitos fulgurantes que la habría legitimado. Se puso en tela de juicio el movimiento de liberalización económica (fracaso de la Directiva Bolkestein); se tentó a algunos países con nacionalizar su política industrial mientras que la mayoría se oponía a la europeización de sus políticas fiscales o sociales. La Europa social ha seguido siendo una palabra vacía, sólo se ha afirmado realmente la Europa de la competencia y de las finanzas.

Para que Europa promueva verdaderamente un modelo social europeo proponemos debatir dos medidas:

Medida n°16: poner en tela de juicio la libre circulación de los capitales y de las mercancías entre la UE y el resto del mundo negociando si fuera necesario acuerdos multilaterales o bilaterales,

Medida n°17: en vez de la política de competencia, convertir a “la armonización en el progreso” en el hilo director de la construcción europea. Establecer unos objetivos comunes de alcance constringente tanto en materia de progreso social como en materia macroeconómica (unas GOPS, grandes orientaciones de política social).

FALSA EVIDENCIA N°9: EL EURO ES UN ESCUDO CONTRA LA CRISIS.

El euro debería haber sido un factor de protección contra la crisis financiera mundial. Después de todo, la supresión de toda incertidumbre sobre las tasas de cambio entre las monedas europeas eliminó un factor fundamental de inestabilidad. Sin embargo, no ha habido nada de eso: Europa se ha visto afectada más duramente y de forma duradera por la crisis que el resto del mundo. Esto se debe a las propias modalidades de construcción de la unión monetaria.

Desde 1999 la zona euro conoció un crecimiento relativamente mediocre y un aumento de las divergencias entre los Estados miembro en términos de crecimiento, de inflación, de paro y de desequilibrios exteriores. El marco de política económica de la zona euro, que tiende a imponer a unos países en situaciones diferentes unas políticas macroeconómicas parecidas, ha ampliado las disparidades de crecimiento entre los Estados miembro. En la mayoría de los países, en particular los más grandes, la introducción del euro no ha provocado la prometida aceleración del crecimiento. Para otros, hubo crecimiento pero a costa de desequilibrios difícilmente sostenibles. La rigidez monetaria y presupuestaria, reforzada por el euro, ha permitido hacer caer todo el peso de los ajustes sobre el trabajo. Se ha promovido la flexibilidad y la austeridad salarial, reducido la parte de los salarios en el ingreso total, aumentado las desigualdades.

Esta carrera a la baja social la ha ganado Alemania, que ha sabido liberar importantes surpluses comerciales en detrimento de sus vecinos y, sobre todo, de sus propios asalariados, imponiéndose una bajada del coste del trabajo y de las prestaciones sociales, lo que le ha conferido una ventaja comercial en relación a sus vecinos que no han podido tratar tan duramente a sus trabajadores. Los excedentes comerciales alemanes pesan sobre el crecimiento de los demás países. Los déficits presupuestarios y comerciales de unos sólo son la contrapartida de los excedentes de los demás … Los Estados miembros no han sido capaces de definir una estrategia coordinada.

La zona euro hubiera debido verse menos afectada por la crisis que Estados Unidos y Reino Unido. Los hogares están claramente menos implicados en los mercados financieros, que son menos sofisticados. Las finanzas públicas estaban en una situación mejor; el déficit público del conjunto de los países de la zona era del 0,6% del PIB en 2007, frente a casi el 3% en Estados Unidos, en Reino Unido o Japón. Pero la zona euro sufría un aumento de los desequilibrios: los países del norte (Alemania, Austria, Países Bajos, países escandinavos) limitaban sus salarios y sus demandas internas, y acumulaban excedentes exteriores, mientras que los países del sur (España, Grecia, Irlanda) conocían un crecimiento vigoroso impulsado por unas tasas de interés débiles en relación a la tasa de crecimiento, al tiempo que acumulaban unos déficits exteriores.

Aunque la crisis económica partió de Estados Unidos, éste ha tratado de establecer una política real de reactivación presupuestaria y monetaria al tiempo que iniciaba un movimiento de desregulación financiera. Europa, por el contrario, no ha sabido emprender una política suficientemente reactiva. De 2007 a 2010 el impulso presupuestario ha sido del orden de 1,6 puntos de PIB en la zona euro, de 3,2 puntos en Reino Unido y de 4,2 puntos en Estados Unidos. La pérdida de producción debida a la crisis ha sido claramente más fuerte en la zona euro que en Estados Unidos. En la zona se ha sufrido más el aumento del déficits que el resultado de una política activa.

Al mismo tiempo, la Comisión ha seguido lanzando unos procedimientos de déficit excesivo contra los Estados miembro de modo que a mediados de 2010 prácticamente todos los Estados de la zona estaban sometidos a ellos. Ha pedido a los Estados miembro que para 2013 ó 2014 se comprometan a volver bajo la línea del 3%, independientemente de la evolución de la economía. Las instancias europeas han seguido reclamando unas políticas salariales restrictivas y que se replanteen los sistemas públicos de jubilación y de sanidad, con el riesgo evidente de hundir al continente en la depresión y de aumentar las tensiones entre los países. Esta ausencia de coordinación y, más fundamentalmente, la ausencia de un verdadero presupuesto europeo que permita una solidaridad efectiva entre los Estados miembros han incitado a los operadores financieros a desviarse del euro, incluso a especular abiertamente contra él.

Para que el euro pueda proteger realmente a los ciudadanos europeos de la crisis proponemos debatir tres medidas:

Medida n°18: garantizar una verdadera coordinación de las políticas macroeconómicas y una reducción concertada de los desequilibrios comerciales entre los países europeos,

Medida n°19: compensar los desequilibrios de pago en Europa por medio de un Banco de Pagos (que organice los préstamos entre los países europeos),

Medida n°20: si la crisis del euro lleva a su desintegración y esperando el ascenso en régimen del presupuesto europeo (cf. infra), establecer un régimen monetario intraeuropeo (moneda común tipo “bancor”) que organice la reabsorción de los desequilibrios de los balances comerciales en el seno de Europa.

FALSA EVIDENCIA N°10: LA CRISIS GRIEGA HA PERMITIDO FINALMENTE AVANZAR HACIA UN GOBIERNO ECONÓMICO Y UNA VERDADERA SOLIDARIDAD EUROPEA.

A partir de mediados de 2009 los mercados financieros empezaron a contar con las deudas de los países europeos. Globalmente la fuerte subida de las deudas y de los déficits públicos a escala mundial no ha provocado (todavía) subidas de las tasas largas: los operadores financieros consideran que los bancos centrales mantendrán mucho tiempo las tasas monetarias reales a un nivel próximo de cero y que no hay riesgo de inflación ni de falta [de pago] de un gran país. Pero los especuladores han percibido los fallos de la organización de la zona euro. Mientras que los gobiernos de los demás países desarrollados siempre pueden ser financiados por su Banco Central, los países de la zona euro han renunciado a esta posibilidad y dependen totalmente de los mercados financieros para sus déficits. Por ello se ha podido desencadena la especulación sobre los países más frágiles de la zona: Grecia, España e Irlanda.

Las instancias europeas y los gobiernos han tardado en reaccionar al no querer dar la impresión de que los países miembros tenían derecho a un apoyo ilimitado de sus socios y querer sancionar a Grecia, culpable de haber ocultado (con ayuda de Goldman Sachs) la magnitud de sus déficits. Con todo, en mayo de 2010 el BCE y los países miembros tuvieron que crear urgentemente un Fondo de Estabilización para indicar a los mercados que aportarían este apoyo sin límites a los países amenazados. En contrapartida estos han tenido que anunciar unos programas de austeridad presupuestaria sin precedentes que los van a condenar a un retroceso de la actividad a corto plazo y a un largo periodo de recesión. Bajo la presión del FMI y de la Comisión Europea Grecia debe privatizar sus servicios públicos y España flexibilizar su mercado laboral. Del mismo modo, Francia y Alemania, que no están afectadas por la especulación, han anunciado medidas restrictivas.

Sin embargo, la demanda no es en modo alguno excesiva en Europa. La situación de las finanzas públicas es mejor que la de Estados Unidos o de Gran Bretaña, lo que deja márgenes de maniobra presupuestaria. Hay que reabsorber los desequilibrios de manera coordinada: los países excedentarios del norte y del centro de Europa deben llevar a cabo políticas expansionistas (aumento de los salarios, de los gastos sociales …) para compensar las políticas restrictivas de los países del sur. Globalmente la política presupuestaria no debe ser restrictiva en la zona euro mientras que la economía no se acerque al pleno empleo a una velocidad satisfactoria.

Pero, por desgracia, hoy se han reafirmado los partidarios de las políticas presupuestarias automáticas y restrictivas en Europa. La crisis griega permite hacer olvidar los orígenes de la crisis financiera. Quienes han aceptado apoyar financieramente a los países del sur quieren imponer en contrapartida un Pacto de Estabilidad. La Comisión Europea y Alemania quieren imponer a todos los países miembros que inscriban en su Constitución el objetivo del presupuesto equilibrado, hacer que unos comités de expertos independientes vigilen la política presupuestaria. La Comisión quiere imponer a los países una larga cura de austeridad para volver a una deuda pública inferior al 60% del PIB. Si hay un avance hacia un gobierno económico es hacia un gobierno que en vez de aflojar el torno de las finanzas va a imponer la austeridad y profundizar las “reformas” estructurales en detrimento de las solidaridades sociales en cada país y entre los países.

La crisis ofrece a las elites financieras y a las tecnocracias europeas la tentación de establecer la “estrategia del choque” aprovechando la crisis para radicalizar la agenda neoliberal. Pero esta política tiene pocas posibilidades de éxito:

La disminución de los gastos públicos va a comprometer el esfuerzo necesario a escala europea para mantener los gastos del futuro (investigación, educación, política familiar), para ayudar a la industria europea a mantenerse y a invertir en los sectores del futuro (economía verde).

La crisis va a permitir imponer fuertes reducciones de los gastos sociales, objetivo incansablemente buscado por los paladines del neoliberalismo, a riesgo de comprometer la cohesión social, de reducir la demanda efectiva, de empujar a los hogares a ahorrar para su jubilación y su salud en las instituciones financieras, responsables de la crisis.

Los gobiernos y las instancias europea se niegan a organizar la armonización fiscal que permitiría la subida necesaria de los impuestos en el sector financiero, en los patrimonios importantes y en los ingresos altos.

Los países europeos instauran duraderamente unas políticas presupuestarias restrictivas que van a pesar enormemente sobre el crecimiento. Van a descender las recaudaciones fiscales. Los sueldos públicos apenas mejorarán, las ratios de deuda se degradarán, no se tranquilizará a los mercados.

Debido a la diversidad de sus culturas políticas y sociales los países europeos no han podido plegarse todos a la disciplina de hierro impuesta por el Tratado de Maastricht; no se plegarán todos al reforzamiento de éste que se está organizando actualmente. El riesgo de activar una dinámica generalizada de repliegue sobre sí mismo es real.

Para avanzar hacia un verdadero gobierno económico y una solidaridad europea proponemos debatir dos medidas:

Medida n°21: desarrollar una fiscalidad europea (tasa carbono, impuesto sobre los beneficios, …) y un verdadero presupuesto europeo para ayudar a la convergencia de las economías y tender a una igualación de las condiciones de acceso a los servicios públicos y sociales en los diversos Estados miembro sobre la base de las mejores prácticas.

Medida n°22: lanzar un vasto plan europeo, financiado por suscripción pública a tasas de interés débil pero garantizado y/o por medio de creación monetaria del BCE para emprender la reconversión ecológica de la economía europea.

CONCLUSIÓN.

DEBATIR LA POLÍTICA ECONÓMICA, TRAZAR CAMINOS PARA REFUNDAR LA UNIÓN EUROPEA.

Desde hace tres décadas Europa se ha construido sobre una base tecnocrática que excluye a las poblaciones del debate de política económica. Se debe abandonar la doctrina neoliberal que descansa sobre la hipótesis hoy indefendible de la eficiencia de los mercados financieros. Hay que volver a abrir el espacio de las políticas posibles y debatir propuestas alternativas y coherentes que limiten el poder de las finanzas y organicen la armonización en el progreso de los sistemas económicos y sociales europeos. Esto supone la mutualización de importantes recursos presupuestarios, obtenidos por medio del desarrollo de una fiscalidad europea fuertemente redistributiva. También hay que liberar a los mercados del cerco de los mercados financieros. Solamente así el proyecto de construcción europea podrá esperar recuperar una legitimidad popular y democrática de la que hoy carece.

Evidentemente, no es realista esperar que 27 países decidan al mismo tiempo operar semejante ruptura en el método y los objetivos de la construcción europea. La Comunidad Económica Europea comenzó con seis países: también la refundación de la Unión Europea pasará al principio por un acuerdo entre algunos países deseosos de explorar unas vías alternativas. A medida que se hagan evidentes las consecuencias desastrosas de las políticas adoptadas hoy, aumentará por toda Europa el debate sobre las alternativas. Luchas sociales y cambios políticos intervendrán a ritmo diferente según los países. Unos gobiernos nacionales tomarán decisiones innovadoras. Quienes lo deseen deberán adoptar unas cooperaciones reforzadas para adoptar medidas audaces en materia de regulación financiera, de política fiscal o social. Por medio de unas propuestas concretas tenderán la mano a los demás pueblos para que se unan al movimiento.

Por ello nos parece importante esbozar y debatir ahora las grandes líneas de políticas económicas alternativas que harán posible esta refundación de la construcción europea.

Principales firmantes:

Philippe Askenazy (CNRS, Ecole d’économie de Paris), Thomas Coutrot (Conseil scientifique d’Attac), André Orléan (CNRS, EHESS), Henri Sterdyniak (OFCE).

¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...

Como no me copies te pego

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