viernes, 23 de marzo de 2012

Siete horas y media con Béla Tarr





Devastadora, fascinante en cada minuto de sus siete horas. Me encantaría verla cada año durante el resto de mi vida.

Susan Sontag acerca de Sátántangó


De él dicen que es una especie de cruce de caminos entre el cine de Tarkovsky y el de Antonioni. Y a la vista de las siete hora y medias que dura Sátántangó yo añadiría que también de las series HBO. Por el momento de su filmografía sólo conozco La condena, así que mi  opinión tampoco tiene excesivo peso, pero sí, la primera impresión es que ritmo,  puesta en escena y fotografía recuerdan intensamente al Tarkovsky de Sacrificio o de Stalker, aunque yo díría que a un Tarkovsky de una estética más artificiosa y acartonada que bella. Y sí, sus larguísimos monólogos de inspiración existencialista recuerdan poderosamente al Antonioni de La aventura o de Las amigas, aunque yo diría que a un Antonioni de una pretenciosidad más pedante y vacía que verdaderamente profunda. Pero ya digo, mi opinión hay que tomarla con más precauciones que los consejos de Juan Rosell sobre la crisis.

Por eso mismo, para darle más consistencia a mi impresión me he propuesto ver esta semana Sátántangó. Por eso y por fardar, of course. Cuentan los entendidos que si entras en cualquier filmoteca o cineclub y dices que las ha visto un enano se sube a la mesa y todos cantan aquello de "We accept her. One of us. Gobble, gobble“. Claro que a ver cómo demonios se ve esto... ¿sesión maratoniana de siete horas y media y que sea lo que dios quiera? Por lo que sé para hacer semejante barbaridad la ley obliga a dejar testamento. ¿Me lo tomo como si fueran tres películas de dos horas y media? ...¿Como cinco de hora y media?... ¿Como un serie HBO de nueve episiodios de cincuenta minutos?  No sé, ya os contaré si lo hago o si es que haciéndolo sobrevivo. 

De momento os dejo con esta breve introducción a su obra:



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