sábado, 19 de mayo de 2012

Día de descanso


 Como no sólo de ajedrez vive el hombre, voy a aprovechar el descanso de hoy para variar de tema. Claro que no me decido si hacerlo con una canción, una película, un libro tal vez o , por qué no, un juego. Incluso, ya puestos, todo a la vez. 

Por ejemplo, podría proponer una canción, una escena cinematográfica y un texto que me agraden, y, como ya he probado en otras ocasiones, guardarme para mí sus títulos y autores. Así, a quien le apetezca, podrá entrar al trapo de tratar de identificar las propuestas, que además son bastante accesibles. Y a quien no le dé la gana seguirme el juego, pues simplemente que disfrute con ellas si le apetece, y si tampoco, pues nada, que ignore por completo la entrada y santas pascuas. Que tampoco hay que ponerse así, hombre...

Vamos con la canción: 


No empieza mal la cosa. Sigamos con la escena cinematográfica, muy sensual ella: 

   

Pongámonos serios para el texto:

"¿Es posible defender, al inicio del siglo XXI, la vigencia de la oposición entre derechas e izquierdas, o de las izquierdas existentes, o habrá que esperar a una séptima generación de izquierda capaz de tener algo que hacer y que decir ante una Humanidad de más de seis mil millones? 

Desde las coordenadas de este libro habría que afirmar que esa hipotética séptima generación de la izquierda no podría en ningún caso constituirse en una sociedad política de escala local, regional o estatal. Necesariamente, su plataforma habría de ser continental y supranacional. Pero el mismo tiempo la sociedad en la que esta séptima generación pudiera formarse habría de ser lo suficientemente homogénea; una homogeneidad que no se puede improvisar, porque habrá de ser fruto de un largo proceso histórico, en el que se ha podido forjar un idioma y una cultura comunes a cientos de millones de hombres. Esto excluye a Europa como plataforma de un proceso semejante. La Europa ampliada resulta ser un mosaico de Estados e intereses tan heterogéneos, inmersos en una privilegiada atmósfera de bienestar de cuño capitalista, cuya unidad puede manterse sólo en función de su solidaridad, especialmente mercantil, contra terceros.

 Las grandes unidades históricas y culturales en las que está hoy repartido el Género humano, aquéllas cuyo volumen supera los cuatrocientos millones de habitantes, son las siguientes: el Continente anglosajón, en donde está asentado el único Imperio universal hoy realmente existente; el Continente islámico, que se mantiene totalmente al margen de la distinción entre izquierdas y derechas, tal como ella se formó en Europa; el Continente asiático, continuador de la sexta generación de la izquerda, y que es acaso el verdadero antagonista, mayor aún que el islam, para el imperialismo norteamericano; y el Continente hispánico, que muchos consideran como una plataforma virtual cuyo porvenir, por incierto que sea, no puede ser descartado en cuanto al papel que pueda jugar en el futuro en el concierto universal. 

 No cabe hablar por tanto de ninguna globalizacón como proceso que estuviera impulsado como el Género humano. La globalización sólo puede hacerse desde alguna parte de la Humanidad con capacidad para ello, y según sus intereses. En nuestros días la globalización es el nombre que ha tomado, tras la caída de la URSS, la mundialización promovida por el imperialismo de Estados Unidos. 

La izquierda surgió hace 200 años en Europa como un proceso de racionalización dirigido a la globalidad del Género humano. Este proceso experimentó una inflexión y un repliegue decisivo con la caída de la URSS. En nuestro presente es imposible admitir que el proceso de racionalización de la Humanidad haya avanzado tanto y de modo armónico, como algunos quieren creer. La miseria y la pobreza de muchos pueblos, por un lado, y la superstición, el vudú, el tarot, los horóscopos, las falsas creencias y la ignorancia en creciente aumento en el seno de las propias sociedades del bienestar, obligan a concluir que la historia está muy lejos de haber encontrado su fin. 

Nadie sabe lo que va a ocurrir en el próximo milenio, y por eso lo más peligroso es la existencia de indiviudos, grupos, iglesias y partidos políticos, de izquierdas o de derecha, que creen estar en la posesión de la "ciencia media" sobre el porvenir." 

Más razón que un santo... 

Y como bonus extra, porque, qué diablos, también de ajedrez se puede vivir, una partidita clásica que le da sopas con honda a cualquiera de las que le hemos visto estos días a Anand y a Gelfand: 



Esto si que es ajedrez de verdad... 

Hala, feliz día de descanso y nos vemos mañana con las 7ª tablas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Como no me copies te pego

Reservado todos los derechos a los lectores, que podrán copiar, manipular, alterar y hasta leer todos los textos de este blog. Eso sí, se agradecería que mencionaran de dónde diablos han sacado el juguetito.